En el Archivo Señal Memoria se encuentra la serie Panamá y su separación de Colombia, perteneciente a la colección Revivamos Nuestra Historia, y basada en el libro homónimo del historiador Eduardo Lemaitre. En ella se relata todo el proceso de pérdida del Estado de Panamá, perteneciente a Colombia, y el proceso de construcción del canal interoceánico.
Rangel Rengifo, Jorge (Productor). Lemaitre, Eduardo (Director). (1980). Panamá y su separación de Colombia. [Serie] [Capítulo V- Los primeros tanteos]. Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, UMT-216861 CLIP 1.
Por una sandía
“El incidente de la tajada de sandía” fue un hecho que pasó a la posteridad como un acontecimiento más en la historia de las particulares y desiguales relaciones entre los Estados Unidos y Colombia. Esta fue una sangrienta reyerta que tuvo lugar en la ciudad de Panamá (en aquel entonces parte de la República de la Nueva Granada). El hecho dejó un importante número de muertos y heridos entre nacionales y extranjeros, pérdidas económicas a los habitantes de la ciudad, un gran hueco en el erario de la república.
En aquella década de los 50 del siglo XIX, llegaban a Panamá (no existía el Canal) un gran número de extranjeros de todas las calañas, en tránsito por el istmo para llegar al Pacífico, y así abordar un barco que los llevara a encontrar oro en la dorada California. Uno de estos fue Jack Oliver, una especie de filibustero, aventurero y desadaptado sin importancia hasta ese día, muy común en esa masa de buscadores de oro.
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Crónica de un asesinato
Oliver llegó a la ciudad de Panamá, en alto estado de alicoramiento y busco comerse en el mercado local una simple fruta. Se topó con un vendedor de sandía, llamado José Manuel Luna, a quien no pagó la módica suma de un real por la fruta, algo así como 5 centavos de dólar. Al mejor estilo de una crónica roja, el malentendido generó el reclamo del vendedor y Oliver al sentirse agredido sacó su arma y asesinó al inocente vendedor.
Tras el asesinato, la ciudad vivió una jornada de disturbios como nunca se había visto. Oliver, en compañía de otros norteamericanos, se refugió en la estación del ferrocarril de Panamá. El edificio vió los embates de cientos de panameños iracundos que pedían justicia. El saldo final fue de 16 norteamericanos muertos y otros 16 heridos contra 2 panameños muertos y trece heridos.
La amenaza de invasión
El incidente generó un desacuerdo diplomático entre los Estados Unidos y la República de la Nueva Granada. Para Washington, los daños a la propiedad y los muertos generados por aquella tajada de sandía fueron culpa del gobierno local de la ciudad de Panamá y como tal se exigió compensación. Las exigencias de los Estados Unidos a la Nueva Granada, a grandes rasgos, comprendían entregar la jurisdicción del Estado de Panamá, para así instalar bases marítimas y pie de fuerza para garantizar la seguridad de los ciudadanos norteamericanos en tránsito desde y hacia California.
Además se pidió casi medio millón de dólares en daños y perjuicios. Exigencias soportadas por dos barcos de guerra norteamericanos, estratégicamente ubicados en la costa panameña y listos para entrar en acción si se presentaba algún inconveniente. Esta era básicamente la primera de otras venideras amenazas para invadir territorio nacional.
“Una estrella más en la bandera”*
Tras una serie de tediosas negociaciones entre los dos gobiernos, el presidente conservador, Mariano Ospina Rodríguez, relajó la posición de la Nueva Granada y accedió al pago de la compensación por daños y perjuicios a favor de los Estados Unidos. Una actitud relajada de parte del hombre que en carta del 10 de julio de 1857 expresó al emisario de Colombia en Washington, Pedro Alcántara Herrán, lo siguiente: “¿Qué inconveniente le resultaría a la Nueva Granada de anexarse a la Unión Americana? La Unión estaría dispuesta a aceptar la anexión. Todos los hombres que tienen sentido común han empezado a preguntarse: siendo cierto que estos países van a ser absorbidos por la Confederación del Norte ¿por qué no se hace de una vez aquella operación pacíficamente?”
*Nombre del artículo de Alfredo Iriarte que hace mención de la carta de Ospina a Alcantara Herrán.
Autor: Javier Hernández