La cultura nacional, la enseñanza y la paz fueron los objetivos básicos de la Radiodifusora Nacional, al momento de ser fundada en 1940. El mundo atravesaba la peor guerra vista hasta entonces y en Colombia se recrudecía el ardor bipartidista. Pero en medio, el poder de la radio fue una luz de esperanza.
Hace 60 años, el 15 de mayo de 1945 Alemania capituló antes las fuerzas aliadas. El mundo entero entró en jubilo, pues así llegaba a su fin la Segunda Guerra Mundial. El presidente de Colombia, Alfonso López Pumarejo celebró y extrajo de aquel impresionante suceso algunas lecciones de paz.
El mejoramiento de la calidad de vida en Colombia orientó varias obras en los años centrales del siglo XX. Los gobiernos del momento quisieron modernizar un país envuelto en conflictos sociales de vieja data, reflejados en inconformidad y manifestaciones de violencia. En ese marco se creó el Instituto de Seguros Sociales, inaugurado por el gobierno de Mariano Ospina Pérez (1946-1950).
Con las elecciones de 1946 finalizaron 16 años de gobiernos liberales. Jorge E. Gaitán perdió, pero consolidó su liderazgo en el partido y en el plano político nacional. En medio de la Violencia bipartidista, días antes de la jornada electoral, Gaitán atenuó su característica beligerancia para invitar al orden en el desarrollo del ejercicio democrático como garantía para la paz.
“Cámbulos y gualandayes”, canción de Carlos del Valle MacCausland y Lucio García, enmarcó la Violencia de los años 40 en los tópicos de la canción popular. Cámbulos, rojos liberales, y gualandayes, azules conservadores, florecerían en paz ante el regreso de la amada. La canción fue grabada por Garzón y Collazos en la Radio Nacional de Colombia en 1949, emisora creada poco antes para la exaltación de la cultura universal y los valores nacionales.
La guerra legítima, la guerra para garantizar la paz. Ese fue el argumento que tuvo Colombia, en 1950, para intervenir en la Guerra de Corea como respaldo a los Estados Unidos, una de las bases esenciales de la política internacional de Colombia, según lo declaró el Ministro Vásquez Carrizosa.
Entre 1951 y 52, el gobierno conservador de Roberto Urdaneta autorizó la intervención de Alfonso López P. para negociar la paz con las guerrillas de los Llanos. López dirigió al gobierno una carta donde expuso lo logrado y anexó cartas de los cabecillas con compromisos y requerimientos. Los diálogos dieron al traste cuando estas cartas se hicieron públicas, lo que el gobierno interpretó como acción del partido liberal para aunar fuerzas en oposición.
El 13 de junio de 1953 el General Gustavo Rojas Pinilla tomó el poder. Se inició así un gobierno que pretendió pacificar la violencia bipartidista del país, mediante el binomio Fuerzas Armadas-Sociedad civil. Años más tarde, Rojas sería juzgado por actos corruptos durante su gobierno (1953-1957).
Uno de los intentos para consolidar una paz duradera fue la amnistía otorgada por el gobierno del general Rojas Pinilla en 1954. Este intento, en el que guerrillas liberales como la de Guadalupe Salcedo entregaron las armas, resultó truncado debido a la oposición de sectores radicales que terminaron profundizando las contradicciones sociales y llevando de nuevo a la guerra fratricida.
En 1954 la puesta en marcha del voto femenino empezó a abrir algunas puertas para la mitad de la población colombiana: las mujeres. Además del derecho al sufragio, algunos cargos públicos fueron ocupados por ellas. En medio del júbilo la lucha por hacer valer sus derechos seguía siendo tortuosa. Una de las voces que dejó entrever esta situación fue la de Josefina Valencia de Hubach, la primera mujer gobernadora y primera ministra en la historia del país.
Tras la caída del general Rojas Pinilla y sobre el inicio del Frente Nacional, Alberto Lleras en una alocución en el Teatro Patria señaló los riesgos que tienen la participación de las Fuerzas Armadas en política. Con vehemencia sustentó la distancia que puede haber entre armas y razón.
Lleras Camargo fue el primer gobernante del Frente Nacional. Su bandera fue una política de concordia y de paz, un gobierno de los dos partidos, de acuerdo a lo pactado. En ese marco continuó la modernización del país y la búsqueda del encuentro y comunicación de sus regiones. El ferrocarril traería para el Caribe “oportunidades que sus habitantes jamás soñaron”.
Durante el siglo XX, Colombia tuvo mayor conciencia de la importancia del contexto rural en la búsqueda de la paz. Mejorar la vida del campesinado fue el objetivo que tuvo Radio Sutatenza. Al respecto, Lleras Camargo planteó la importancia del equilibrio entre tierra, seguridad y educación como base para la paz.
Cuando en algunos países de América Latina el ejemplo de la Revolución cubana se convertía en un modelo a imitar -pues prometía igualdad-, los Estados Unidos junto a algunos gobiernos de América Latina promovieron acuerdos de cooperación para mejorar el nivel de vida de los sectores populares. Aquello se hizo en nombre de la paz. En el caso colombiano la Alianza para el Progreso se selló en diciembre de 1961 con la visita John F. Kennedy y su esposa Jacky.
En la historia reciente de Colombia han sido muchas las experiencias que vinculan a la Iglesia con los medios de comunicación. Una de ellas, quizás la de mayor alcance y resultados, Radio Sutatenza. Otra, El Minuto de Dios, que nació a principios de los años 1950 como un programa radial en Cartagena y finalmente, a la televisión, en 1955. Los padres eudistas conservaron el espacio en televisión y realizan hasta el presente el Banquete del Millón. El padre Rafael García Herreros fue la figura central de este proceso.
Durante casi todo el siglo XX la mayoría de los gobiernos en Colombia intentaron llevar a cabo la llamada “Reforma Agraria” para hacer más justa la vida en el campo, modernizar la producción agrícola y eliminar los problemas de violencia asociados a la mala distribución de la tierra. Unos de los intentos de reforma agraria ocurrió durante el gobierno de Alberto Lleras, en 1961.
Desde el anhelo de Bolívar y la llamada “Gran Colombia”, la historia de Colombia y Venezuela se ha tejido entre encuentros y diferencias. Un momento crucial se dio con el Puente Internacional Simón Bolívar. Rómulo Betancur, presidente de Venezuela, afirmó en la inauguración: “Confirmar la superioridad de la convivencia que nace del mutuo respeto… las fronteras no separan ideas ni frenan inmemoriales anhelos de justicia”.
El conflicto con las guerrillas de los Llanos Orientales fue una sucesión de diálogos y enfrentamientos militares. Esta segunda fue la opción de Guillermo León Valencia, quien tuvo como condición básica para el triunfo militar, el respaldo y vínculo de la sociedad civil y las fuerzas armadas.
En 1961, en el Congreso de la República, el entonces senador Álvaro Gómez Hurtado señaló varios puntos en el territorio nacional que, según su opinión, representaban una amenaza ya que eran “repúblicas independientes” que escapaban al control del Estado colombiano. En 1964, el gobierno de Guillermo León Valencia adelantó un operativo para recuperar esos territorios. Aquello ocurrió en zonas como Marquetalia, Riochiquito , El Pato y Guayabero.
El sacerdote Camilo Torres, uno de los fundadores del departamento de Sociología de la Universidad Nacional, dio un discurso antes de empuñar las armas e irse al monte con las filas del Ejército de Liberación Nacional. Su paso por la guerrilla fue muy corto a los pocos días de enrolarse fue dado de baja en Patio Cemento, zona rural de San Vicente de Chucurí.
Durante el gobierno de Carlos Lleras se impulsó un nuevo intento de reforma agraria. Con miras a garantizar una mayor distribución de la tierra y a contener el avance del latifundio, se creó la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos, una organización que pretendió darles a los campesinos la posibilidad de participar en decisiones políticas y económicas convenientes para mejorar su nivel de vida. En las riberas del río Sinú la ANUC tuvo una enorme acogida, lo que trajo difíciles confrontaciones con los grandes propietarios de tierras.
El Frente Nacional (1958-1974) fue la alternativa ante la violencia bipartidista. Su final generó incertidumbre y miedo. Misael Pastrana, último de los gobernantes del pacto, expuso cómo sería un desmonte escalonado para evitar colapsos. Entonces afirmó: “los colombianos hemos demostrado que las soluciones extrañas y difíciles se aclimatan en nuestra vida institucional”.
La ANUC, asociación campesina, trajo importantes cambios en el contexto rural colombiano. Aquellas luchas por la tierra fueron tema central en las canciones vallenatas de Máximo Jiménez. Un ejemplo es “Los productores de algodón”. Lanza en ristre contra la explotación a los trabajadores, Jiménez cantó esta canción en el 10° Festival de la Leyenda Vallenata.
Con la inauguración de un nuevo encuentro para buscar la paz, Belisario Betancur planteó una cuestión fundamental: “¿Por qué hemos buscado la paz desde hace tantos años sin encontrarla plenamente todavía?”. Este intento se sumó a la compleja historia de diálogos, indultos y campañas militares que recorre el siglo XX.
Luego de que el país constató que el uso de la fuerza había resultado ineficaz para derrotar a las guerrillas, vio cómo desde el gobierno se planteó una nueva fórmula: un Proceso de Paz, basado en la Ley de amnistía de 1982. Cada una de las guerrillas respondió de distinta manera a la ley y a la propuesta de diálogo. Las treguas y cese al fuego fueron de corta duración. El hecho con el que definitivamente se dio por terminado el intento de paz de aquel momento fue la toma del Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema de Justicia.
La Constitución de 1991 fue una expresión de esperanza en un nuevo Estado, una nueva política, una administración pública purificada y confiable. Esa nueva Constitución, pensada para la pluralidad y la paz, logró salir a flote en medio de unos cruentos años de violencia gracias a la voluntad de encuentro, acuerdo y reconciliación.
La Constitución de 1991 fue una expresión de esperanza en un nuevo Estado, una nueva política, una administración pública purificada y confiable. Esa nueva Constitución, pensada para la pluralidad y la paz, logró salir a flote en medio de unos cruentos años de violencia gracias a la voluntad de encuentro, acuerdo y reconciliación.
La Constitución de 1991 fue una expresión de esperanza en un nuevo Estado, una nueva política, una administración pública purificada y confiable. Esa nueva Constitución, pensada para la pluralidad y la paz, logró salir a flote en medio de unos cruentos años de violencia gracias a la voluntad de encuentro, acuerdo y reconciliación.
La Constitución de 1991 fue una expresión de esperanza en un nuevo Estado, una nueva política, una administración pública purificada y confiable. Esa nueva Constitución, pensada para la pluralidad y la paz, logró salir a flote en medio de unos cruentos años de violencia gracias a la voluntad de encuentro, acuerdo y reconciliación.
Los años 90 en la historia colombiana quedaron marcados por hechos terribles de violencia. La situación del Caribe la cantó Nelson Martínez en el Festival de Música vallenata en guitarra, Codazzi, Cesar. En 1997, la versión se llamó “Guitarras por la paz”; la canción, “¿Cómo reinará la paz?”. Fue grabada por la Radio Nacional y emitida en el programa “Estampas vallenatas”.
Entre 1998 y 2000, se desarrolló un Proceso de paz entre las FARC-EP y el gobierno colombiano, en cabeza de Andrés Pastrana. Su dinámica participativa permitió que diferentes sectores fueran escuchados en audiencia pública. Participaron más de 25.000 delegados. Una de las voces fue la de los desplazados.
El 12 de octubre 2012, el gobierno de Juan Manuel Santos inició un proceso de negociación con las FARC. En 2015 el Canal Institucional de RTVC-Sistema de Medios Públicos inició la producción de una serie de programas en los que el Presidente de la república modera un diálogo con distintos representantes de sectores sociales.