César Augusto Gaviria Trujillo
César Augusto Gaviria Trujillo es economista y político. Fue presidente de Colombia entre 1990 y 1994 en representación del Partido Liberal. Nació el 31 de marzo de 1947 en Pereira (Risaralda); es el hijo mayor de Byron Gaviria Londoño y Mélida Trujillo Trujillo, y tiene 3 hermanos. En 1978 contrajo nupcias con Ana Milena Muñoz, con quien tiene 2 hijos: Simón y María Paz.
Gaviria vivió su infancia en la capital risaraldense y se graduó del Liceo de Pereira. Aunque vivió algunos años en Bogotá, donde obtuvo el título profesional como economista de la Universidad de los Andes, su carrera política comenzó en su ciudad natal. En 1970, a los 23 años, fue elegido concejal de Pereira por cuatro años, además de desempeñarse como asistente del Departamento Nacional de Planeación; en 1974 fue Representante a la Cámara por su departamento y, en 1975, alcalde de Pereira, puesto que ocupó por un año. En 1978, durante la presidencia de Turbay, fue viceministro de Desarrollo Económico y en 1982 regresó a su ciudad para dirigir el diario La Tarde.
Fungió como director de la campaña electoral de Virgilio Barco y director adjunto del Partido Liberal en 1986, e hizo parte del «kínder» de Barco durante su mandato. En 1986 fue nombrado por el presidente como ministro de Hacienda, y durante su gestión presentó dos proyectos de ley ante el Congreso: las reformas agraria y tributaria. En 1987 pasó a la cartera de Gobierno y como ministro presentó el proyecto de reforma constitucional ante el Congreso. Gaviria obtuvo la vocería como ministro delegatario en los periodos en que Barco salió del país. Esto, sumado a sus propuestas políticas, le dio un perfil como estadista y posible sucesor del presidente.
Previo a las elecciones de 1990 ejerció como jefe de debate y director de la campaña presidencial de Luis Carlos Galán, por entonces dirigente del movimiento político Nuevo Liberalismo. Tras el asesinato del candidato durante la campaña, Gaviria fue designado como su reemplazo en las elecciones, con el beneplácito de la familia Galán. En 1990 ganó los comicios.
Desde la presidencia, Gaviria quiso dar continuidad a algunas reformas y cambios que ya se habían iniciado durante el Gobierno de Barco, como la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente que desembocó en la Constitución promulgada el 4 de julio de 1991. Además, sostuvo el apoyo a los procesos de paz, desmovilización e integración a la vida política de varios grupos insurgentes como el Ejército Popular de Liberación (EPL), el Movimiento Armado Quintín Lame y el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), entre otros. Sin embargo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) no hicieron parte de estos procesos y continuaron su lucha armada, lo que elevó los índices de violencia en el país.
Además del desafío de los grupos guerrilleros y paramilitares, el mandato de Gaviria se caracterizó por su lucha contra la ofensiva que el narcotráfico y los carteles desataron hacia el Estado y la institucionalidad colombiana. Uno de sus mayores logros fue la captura y asesinato de Pablo Escobar, quien tuvo en jaque al Gobierno tras su fuga de la cárcel La Catedral. Por otra parte, el mandatario asumió una de las crisis energéticas más delicadas en la historia del país, por lo cual tuvo que imponer un racionamiento que modificó el horario de la vida de los colombianos durante casi un año (marzo de 1992 a febrero de 1993).
La presidencia de Gaviria fue un periodo de tránsito y ajuste dentro de un nuevo marco constitucional, razón por la cual durante su gobierno se hicieron notables reformas legislativas, laborales, económicas y de seguridad, con el ánimo de modernizar el país a nivel estructural. Sin duda, la apertura económica fue una de las propuestas de mayor impacto, pues buscó la integración económica de Colombia a la región con el fin de promover la modernización y la productividad de la industria.
Tras su mandato, Gaviria fue elegido en septiembre de 1994 como secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cargo que ocupó hasta el 2004. Su gestión en esa entidad se fundamentó en la estrategia de «una nueva visión» con la que el organismo se preparó a través del incremento de su capacidad técnica para enfrentar los nuevos desafíos del hemisferio: el terrorismo, las drogas, el crimen organizado, la promoción de la integración regional y el fortalecimiento de la democracia. El liderazgo de Gaviria, sumado a su trayectoria política, le otorgaron un reconocimiento como mediador de conflictos, promotor de la democracia y defensor de los derechos humanos. A lo largo de su carrera ha recibido 3 reconocimientos: Premio a la Democracia W. Averell Harriman (2002), Premio a la Democracia del Instituto Democrático Nacional (2002) y Premio The Washington Times por Coraje y Liderazgo (2002).
A su regreso a Colombia en el 2005, Gaviria fue proclamado director nacional del Partido Liberal Colombiano, cargo que ocupó hasta el 2009 en una primera etapa. En el 2017 fue nuevamente elegido por su partido y hoy en día continúa ejerciendo funciones. El expresidente es activo en la vida política nacional, en la que participa con su gestión desde el liberalismo y la tribuna de la opinión pública.