Eduardo Santos Montejo

Eduardo Santos Montejo, abogado, periodista e historiador, fue presidente de la república entre 1938 y 1942. Nacido en 1888, fue hijo del santandereano Francisco Santos Galvis y la tunjana Leopoldina Montejo Camero. Su familia formó parte de la tradición política colombiana desde el inicio de la República, entre cuyos integrantes se encontraba la líder patriota Antonia Santos (1782-1819). En 1917 contrajo matrimonio con Lorenza Villegas Restrepo, hermana de Alfonso Villegas Restrepo, fundador del periódico El Tiempo. Murió en Bogotá en 1974.
En 1908 obtuvo su título en Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad Nacional de Colombia, y también fue egresado la Facultad de Derecho de la Universidad del Rosario. Residió dos años en París, donde complementó sus estudios con especializaciones en Literatura y Sociología. Su carrera estuvo marcada por el periodismo: en 1911 ingresó como parte del equipo editorial del periódico El Tiempo y en 1913 pasó a ser su propietario y director, hasta 1974.
Su ascenso político inició tras ser designado director de campaña del candidato liberal Enrique Olaya Herrera, quien resultó ganador en las elecciones presidenciales de 1930. Posteriormente, fue nombrado ministro de Relaciones Exteriores y ocupó varios cargos diplomáticos como canciller y representante ante la Liga de las Naciones durante la guerra de Colombia con el Perú. El Partido Liberal lo presentó como candidato a la presidencia en los comicios de 1938, y fue elegido ante la ausencia de un candidato del Partido Conservador. Su presidencia fue considerada más ecuánime comparada con la de su antecesor, pues buscó conciliar las crecientes tensiones entre los partidos tradicionales bajo el lema de la convivencia nacional. La irresolución de su administración respecto a la aplicación de las reformas de la «Revolución en Marcha» de López Pumarejo, sumada a la crisis económica producto de la II Guerra Mundial, le granjearon a su gobierno el apelativo de «La Gran Pausa».
Tras finalizar su presidencia, Santos favoreció la línea más moderada del Partido Liberal con su apoyo a la candidatura de Carlos Arango Vélez y Gabriel Turbay como disidentes de un ala más centrista de la agrupación. Eduardo Santos fue un apasionado por la historia, particularmente de la vida del general Francisco de Paula Santander, cuya figura estudió rigurosamente y a la que debe en parte su formación intelectual y su inspiración política. El compromiso con la historia hizo que Santos desarrollara una parte importante de su vida como académico y mecenas de la Academia Colombiana de Historia.
Como alguna vez lo señaló el historiador Abelardo Forero Benavides, Eduardo Santos logró insuflar al país con un espíritu nacional a través de su política de convivencia nacional. Inspirado en los ideales santanderistas, el legado de Santos se tradujo en la formación de una cultura política que alentó los gobiernos representativos, la búsqueda de la paz interna, y el respeto por las libertades políticas y el orden constitucional y legal. Alfonso López Michelsen lo afirmó en su momento: «Santos fue hasta su muerte, el hombre más poderoso de Colombia y la más persistente influencia sobre el modo de ser nacional».
Los discursos presentados fueron seleccionados para el ensayo «El poder, ¿para qué?»














Los discursos presentados en formato sonoro y audiovisual pertenecen al archivo de Señal Memoria y/o a la Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano. Los discursos en formato sonoro fueron restaurados por el área de archivo sonoro de Señal Memoria.
VIDEOS
AUDIOS



