Guillermo León Valencia Muñoz
Guillermo León Valencia Muñoz fue un político y abogado caucano nacido en Popayán en 1909 que ocupó la presidencia de la república entre 1962 y 1966. Fue hijo del poeta Guillermo Valencia Castillo y de Josefina Muñoz Muñoz. De la unión de sus padres nacieron cuatro hermanos: Luz, Guiomar, Álvaro Pío y Josefina. Esta última fue la primera mujer en Latinoamérica que ocupó un cargo público de alto nivel al ser nombrada ministra de Educación en 1956, bajo el gobierno de Rojas Pinilla. Fue además la primera gobernadora y la segunda mujer en el país a la que se le otorgó la cédula de ciudadanía, gracias a las gestiones realizadas con un grupo de amigas para que a las colombianas se les permitiera acceder al documento y convertirlas en ciudadanas; más adelante, mediante una decisión de la ANAC, les fue concedido el derecho al voto. Valencia se casó con Susana López Navia, con quien tuvo cuatro hijos: Pedro Felipe, Alma, Ignacio y Diana. Su esposa falleció durante su presidencia, y Valencia murió en EE. UU. en 1971, a los 62 años.
Estudió en el Colegio de la Universidad del Cauca, donde mostró interés por ciencias humanas como la filosofía, el castellano y la historia; se graduó de bachiller en Filosofía y Letras en 1926. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en la Universidad del Cauca, y en 1956 obtuvo el título honoris causa en Derecho, Ciencias Políticas y Ciencias Sociales.
Desde muy joven se vinculó al Partido Conservador, donde ocupó diversos cargos en su región natal y a nivel nacional e internacional. Comenzó siendo concejal por Popayán en 1929 y en 1930 fungió como diputado por la Asamblea de Cundinamarca; en 1933 fue elegido senador por el departamento del Cauca y vicepresidente del Senado, e hizo parte de los directorios departamental y nacional conservadores. Fue reconocida su capacidad de orador, que le permitió un gran desempeño en la Convención Nacional Conservadora en 1946 y posteriormente lo convirtió en presidente del partido. Desempeñó un papel fundamental para el retorno de los conservadores al poder bajo la tutela de Mariano Ospina Pérez. En 1948 fue delegado de Colombia ante la IV Reunión Ordinaria de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Además de su carrera política, Valencia ejerció el periodismo y fue director del periódico payanés La Claridad.
En 1949, durante el gobierno de Mariano Ospina Pérez, fue ministro de Relaciones Exteriores e hizo parte de la Asamblea Nacional Constituyente convocada por Laureano Gómez. Entre 1950 y 1953 fue embajador en España, cargo en el que llegó a firmar varios acuerdos multilaterales con especial énfasis en la educación. Entre sus logros se cuenta la cesión de un terreno, por parte de ese país, en la Ciudad Universitaria de Madrid para la construcción del Colegio Mayor Miguel Antonio Caro. El gesto fue retribuido por Colombia al conceder una propiedad en Bogotá donde se construyó el Colegio Reyes Católicos.
Valencia demostró su liderazgo político en una férrea oposición al general Gustavo Rojas Pinilla que se hizo evidente en un discurso que pronunció en 1956, cuando la Universidad del Cauca le confirió el doctorado honoris causa. La claridad de su alocución llevó a que se lo postulara como el candidato principal para suceder a Rojas. No obstante, en las primeras elecciones presidenciales del Frente Nacional, no fue el candidato elegido debido a las divisiones internas del Partido Conservador. Aunque los ospinistas lo apoyaron en su candidatura, Laureano Gómez respaldó al liberal Alberto Lleras Camargo, hecho determinante para su triunfo.
Valencia llegó al poder en 1962, durante el segundo periodo del Frente Nacional, en medio de una tensa situación política y en un momento donde la violencia bipartidista empezaba a transformarse debido al levantamiento de nuevos actores en la lucha armada. Su gobierno es reconocido por la «pacificación» en un momento del país en que el orden público estaba desatado, no solo por la violencia en los campos, sino a causa de la creciente inconformidad de sectores sociales como el movimiento estudiantil de 1965. El mandatario buscó construir sendas políticas que condujeran al entendimiento, el diálogo y la reconciliación. Por esto, se le conoció como «el presidente de la paz».
Tras dejar el poder en manos del liberal Carlos Lleras Restrepo, Valencia siguió apoyando al Frente Nacional y las políticas de concordia entre los dos partidos tradicionales. En 1968 ocupó su último cargo público como embajador en España, por segunda vez.