Ficha Técnica
La celebración de la Semana Santa, en las iglesias católicas y ortodoxas, es de las más importantes de la cristiandad; viene precedida por la Cuaresma, el tiempo litúrgico del calendario cristiano destinado a la preparación espiritual de la fiesta de la Pascua y se trata de cuarenta días de purificación e iluminación interna.
La Semana Santa es la conmemoración cristiana anual de la Pasión de Cristo, es decir, de la entrada a Jerusalén, la última cena, el viacrucis, la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. Estos dos tiempos del cristianismo exige una estricta observancia, que incluye abstinencia y ayuno.
El Código de Derecho Canónico dice que, durante el miércoles de ceniza, los viernes de Cuaresma y el viernes santo, debe guardarse la abstinencia de consumir algunos alimentos importantes como la carne, huevos, leche y grasas. Sin embargo, eso ponía a los creyentes en el dilema de qué comer para no desfallecer, porque el alma se limpia, pero el cuerpo se descompensa.
El programa Josefina en la Cocina (2012), nos acerca a un relato que trata sobre cómo los creyentes en la fe ortodoxa lograban mantener las indicaciones para esos días de penitencia, sin desfallecer en el intento.
Los pancakes o blinis, como se les conoce en Rusia, eran el alimento para ese periodo. Al principio se hacían solo con líquidos y harina de trigo, pero con el tiempo y a medida que el clero se hacía más permisivo, se pudieron incluir otros ingredientes, como huevos, leche y grasas para darle mejor forma y sabor.
Pero su protagonismo real está en una fiesta de origen pagano llamado Maslenitsa, celebración que adoptó la iglesia ortodoxa, el cual es la despedida del invierno que da paso al Gran Ayuno cuaresmal. El cristianismo no solo cambio radicalmente las creencias de buena parte de la población mundial; también establece una serie de normas que se aplican a diferentes momentos de la vida social y cultural, siendo la alimentación una de ella.
Semana Santa y pancakes
Autora: Viviana Toro