Ficha Técnica
Hoy hace 242 años nació Andrés Bello, uno de los más importantes intelectuales y hombres de Estado del siglo XIX hispanoamericano. Es reconocido por sus aportes a la lengua, a la filología, a la crítica literaria y al campo de la educación. Su huella se puede seguir más allá de las letras, pues Bello también fue un estadista y jurisconsulto de primer nivel, quien consiguió fijar los lineamientos del Código Civil chileno en 1855. Este código sirvió de modelo para los demás procesos de codificación de los nacientes Estados republicanos hispanoamericanos y su huella impactó incluso el Derecho Civil en Japón. Así lo recuerda Germán Arciniegas en un fragmento sonoro que pueden escuchar a continuación.
De acuerdo con Iván Jaksic, Andrés Bello tuvo el mérito de introducir una idea de orden moderno que permitió a las nuevas repúblicas crear sus propias instituciones. Este intelectual fue un hombre cosmopolita, que se movía entre Europa e Hispanoamérica. De ese modo, conoció los principales debates de la época referentes a la introducción del derecho civil y diferentes modelos de código, entre ellos el francés, que supo adaptar a las realidades de las sociedades hispánicas. De ahí que su legado codificador haya sido uno de los más grandes aportes a la formación de los Estados modernos decimonónicos.
El estudio de su obra es clave para comprender las consecuencias de las revoluciones de Independencia y la instauración de los principios republicanos. También nos permite entender la diferenciación entre lo público y lo privado y la desvinculación del derecho natural para entenderlo aunado al individuo como centro del universo legal. En este contexto se empezaron a asentar en la sociedad nociones tan relevantes como las de igualdad y autonomía, las cuales terminaron por transformar la vida política y jurídica de los Estados hispanoamericanos hacia mediados del siglo XIX, que es el periodo en el que se presentó la mayor ola codificadora en Occidente.
Por: Jenny Valencia