Ficha Técnica
El nombre de Antonio Caballero y Góngora es probablemente poco recordado en este momento. Sin embargo, fue el único hombre en el virreinato de la Nueva Granada que ostentó el cargo de arzobispo y virrey al mismo tiempo.
Hoy, que el Estado y la Iglesia se reconocen como dos instituciones independientes, nos puede parecer extraño que un obispo hubiera obtenido el título de virrey. Sin embargo, durante el Imperio hispánico esta práctica fue común, al existir una relación de perfecta armonía entre la Corona española y la Iglesia católica. Es así como este andaluz, nacido en 1723, logró hacerse con la representación del rey en el virreinato de la Nueva Granada, en 1782.
La designación de Caballero y Góngora como virrey de la Nueva Granada fue producto de su importante desempeño en la resolución del conflicto que se generó tras la revuelta de los Comuneros, un levantamiento popular que integró a plebeyos y patricios del nororiente del territorio en contra del alza de impuestos decretada durante el mandato de Carlos III.
En la serie Revivamos Nuestra Historia, encontramos dos dramatizados que trajeron a colación este acontecimiento histórico. Por un lado, está la miniserie de veinte capítulos denominada Los Comuneros y, por el otro, se encuentra el seriado de catorce episodios llamado Centenario de la Constitución. En ambos, el arzobispo fue representado por dos recordados actores: Manuel Pachón en el primero y Ramiro Corzo en el segundo.
En esta escena de Los Comuneros, vemos el enfado del arzobispo ante la altanería de Berbeo, comandante de la insurrección, al tiempo que notamos el desdén con que el oidor, interpretado por Gustavo Angarita, le recuerda que su autoridad como obispo está por encima de la de él como juez de la Real Audiencia.
Por: Viviana Arce Escobar