Ficha Técnica
La dama de cabellos encendidos o La dama de cabellos ardientes. Esa era la forma con la que el poeta antioqueño Porfirio Barba Jacob denominaba a esta hierba de gran utilidad medicinal y recreativa. Una forma más poética que las denominaciones actuales vinculadas a la cotidianidad o incluso al argot de la ilegalidad proporcionado por los bajos mundos o por la policía.
Ganja, bareta, maracachafa, marimba, mota o simplemente marihuana. Sus denominaciones han cambiado con la moda del momento y los entornos en que se consume. Sin embargo para Barba Jacob tuvo esa denominación pero variando las palabras. Quedaban como puntos en común que era una mujer de largos cabellos y estos estaban encendidos de alguna forma.
Tres poemas corroboran este hecho:
La dama de cabellos ardientes
Decíame cantando mi niñera
que a mi madrina la embrujó la luna;
y una Dama de ardiente cabellera
veló mi sueño en torno de la cuna.
Su cabello —cauda sombría—
ondeando al viento, ondeando al viento,
ardía, ardía.
Acuarimántima
La dama de cabellos encendidos
fecunda con mi sangre sus huertos prohibidos.
Una inquietud frenética y gozosa
mi paz, mi sueño, mi vigor consume
y un huracán mi plenitud doblega.
Soy esa sombra que cruzó el camino,
en sangre tinta, de lujuria ciega.
El son del viento
Pero la Dama misteriosa
de los cabellos de fulgor
viene y en mí su mano posa
y me infunde un fatal amor.
El encuentro del poeta con esta dama estuvo mediado por su labor en el periodismo. Para la académica Esnedy Zuluaga en su artículo Porfirio Barba Jacob: El poeta periodista y la Dama de cabellos encendidos “El encuentro con la Dama en las calles y la experiencia de su disfrute desde el interior de recintos como el Palacio de la Nunciatura intensificaron su especial aparición en “Acuarimántima”. En la Dama fusionó la prosa potente del periodista y la libertad absoluta del poeta. El reportero se topó con la Dama y difundió la complejidad de ese encuentro en sus trabajos periodísticos sin abandonar la pasión que originó la creación del poema”.
La Balada de la loca alegría es otro de esos poemas donde “la dama” aparece, pero ya abiertamente personificada en el mismo Barba Jacob. “Soy un marihuano” dice este poema leído por Andrés Holguín en un programa de la Emisora HJCK de 1980.
Por: Javier Hernández