Ficha Técnica
Tras la inestabilidad política fruto de la guerra de los Mil Días y la separación de Panamá, Colombia entró en un periodo en el que la intención era reconstruir los frentes de la economía, la política y la vida social. Tras el Quinquenio de Rafael Reyes y el gobierno de Carlos E. Restrepo y un par de gobiernos que llegaron por circunstancias políticas, subió al poder José Vicente Concha.
Su mandato coincidió con la Primera Guerra Mundial, cuyas consecuencias se sintieron fuertemente en Colombia, a pesar de la neutralidad que adoptó el país frente al conflicto y el apoyo que recibió el gobierno por parte de todas las fuerzas políticas.
Para el historiador Antonio Cacua Prada, el gobierno de Concha “se vió obligado a reducir gastos, suprimir algunos cargos, suspender ciertas obras públicas, reducir los efectivos del ejército, abstenerse de pagar auxilios, aumentar y crear impuestos y reorganizar la administración pública. Así mismo se vio en la necesidad de utilizar ´vales de tesorería´ y ´vales de Tesoro´, creados, por leyes especiales, para facilitar operaciones comerciales y solucionar en parte los créditos ordinarios”.
En los archivos de Señal Memoria se conserva la serie histórica Panamá y su separación de Colombia, emitida por la televisión nacional en 1980, en la que el actor Mario García interpreta al entonces senador José Vicente Concha durante la coyuntura política que llevó al poder al conservador José Manuel Marroquín. Tales hechos tuvieron lugar 15 años antes del ascenso de Concha a la Presidencia de la República, en un momento muy diferente.
Pero aparte del desafío que trajo la Primera Guerra Mundial, su gobierno también vivió otras circunstancias que complejizaron ese periodo específico de la Hegemonía Conservadora: el asesinato de Rafael Uribe Uribe en 1914; el terremoto de 1917; la epidemía de gripe española de 1918, y una plaga de langostas que asoló los campos y agravó la crítica situación económica del país.
El espíritu de su gobierno se puede sintetizar en dos frases atribuídas a él. La primera dice: “No lastimé el derecho de ninguna persona ni de ningún partido; observé neutralidad absoluta en los debates eleccionarios, como quizá ninguno en Colombia; mantuve relaciones decentes con todos los pueblos del mundo; no comprometí a la República en ninguna empresa riesgosa para su salud o su honor, y devolví el patrimonio moral intacto…”. La otra reflexión de Concha, fue: “A mi no se me podría juzgar nunca por los ladrillos nuevos que puse, sino por las ruinas tremendas que evité”.
Autor: Javier Hernández
