El genio de Gaudí | Señal Memoria

Antoni Gaudí, nacido el 25 de junio de 1852, es considerado la figura más importante de la arquitectura modernista. La historia cuenta que cuando se graduó de la Escuela de Arquitectura de Barcelona en 1878, el rector, Elies Rogent, dijo: “No sé si le acabamos de dar el diploma a un loco a un genio; solo el tiempo lo dirá”. Ya pasó el tiempo y la respuesta es clara. A veces la palabra se usa con mucha ligereza, pero no hay duda que a él le calza: Gaudí fue un genio. 

Edificaciones como el Park Güell, Palacio Güell, Casa Milá, Casa Vicens, Casa Batlló y La Sagrada Familia, dan cuenta de su creatividad y visión, esas que marcaron la arquitectura de Barcelona —y del mundo, de hecho— hacia el final del siglo XIX e inicios del  XX. Hoy estos lugares son algunos de los principales imanes turísticos de la ciudad y muestran toda la propuesta de Gaudí entre torres, jardines, colores y formas, una noción revolucionaria de la arquitectura y, a la vez, en diálogo con distintas tradiciones. 

Su estilo era solo suyo, una mezcla ecléctica. En los edificios que diseñó, tanto privados como públicos, respiraba el patriotismo catalán y el progreso científico y tecnológico; lo islámico y el expresionismo; su concepción del espacio y de la geometría. Todos estos elementos los sintetizó para forjar su concepción del modernismo arquitectónico, el cual marcaría la tendencia hasta bien entrado el siglo XX, mucho después de la muerte de Gaudí. No se puede hablar de arquitectura del siglo pasado sin mencionarlo casi de primero en la lista.

Si queremos destacar una obra de Gaudí, debemos hablar de la Sagrada Familia, en la que empezó a trabajar en 1883 cuando el plan inicial del arquitecto Francisco de Paula del Villar fue rechazado. Es curioso que la obra insignia de Gaudí sea una que no terminó. Pero aun en el estado incompleto en el que quedó cuando el arquitecto falleció, ya constituía un lugar sobrecogedor. Sus esculturas y espirales, sus vitrales caleidoscópicos y su grandeza general hacen creer que Dios la habita. Según los encargados de su construcción, será terminada en 2026, un siglo después de la muerte de su creador. 

Gaudí murió en 1926 en Barcelona, atropellado por un tranvía. Casi cien años después su obra sigue siendo la cara de la ciudad, una mezcla genial que solo él podría haber diseñado. En este fragmento de audio, de Programas de ayer de la HJCK, Carlos Melo Salazar habla de esa persona compleja que fue Gaudí, uno de los máximos representantes de Barcelona, su estilo y su historia: religioso y reflexivo, con sensibilidad social y sibarita.