Ficha Técnica
El 14 de febrero de 1995 el humorista Jaime Garzón fue detenido en la glorieta de la calle 100 con carrera 15. Era un cruce que en esa época no tenía el puente que lo caracteriza hoy, ni la célebre pagoda donada en 1973 por el gobierno de Corea del Sur, en homenaje a los veteranos colombianos que combatieron en su país. Seguía siendo, eso sí, un punto neurálgico del tráfico bogotano. El sitio perfecto para hablar de “tráfico de influencias”.
Ese era el nombre de una sección del popular programa QUAC en el que Garzón, haciendo gala de su ácido humor político, desplegaba en esa ocasión una crítica al ministro de transporte, Juan Gómez Martínez, por su falta de experiencia para asumir los destinos y desatinos del transporte en la era Samper.
Con los documentos audiovisuales del Noticiero de las 7, conservados en Señal Memoria, recordamos ese curioso episodio de la trayectoria de Jaime Garzón. Lo vemos llegar en su vehículo a la Estación 40 de Policía. Con el humor que lo caracterizaba fue recibido por los periodistas de varios noticieros, quienes lo esperaban ansiosamente para entrevistarlo a raíz del curioso roce con la autoridad.
El cargo para el arresto de Garzón, según la prensa de la época, fue suplantación de autoridad. El humorista llevaba a cabo su labor disfrazado con un uniforme de la autoridad de tránsito de la época, los otrora e impopulares “chupas”. Un uniforme azul oscuro y una moto Yamaha DT125, igualmente con emblemas falsos, también hacían parte del chiste.
La medida punitiva fue llevada a cabo por la capitana Bobadillo del Tránsito de la Municipalidad, que al percatarse de la irregularidad y a pesar de haber reconocido a Garzón, procedió a detenerlo para que voluntariamente se desplazara a la Estación.
La consecuencia de la suplantación fueron dos comparendos, el decomiso del uniforme, cuatro horas de angustia en detención y una continua “mamadera de gallo” por parte del humorista, que se refirió al motivo de su encierro como una “bobadilla”.
Autor: Javier Hernández
