Ficha Técnica
La locución radiofónica en Colombia data del año 1929 con la aparición de la HJN, radiodifusora del Estado colombiano, dirigida por Daniel Samper Ortega, que quizás fue también su primer locutor. Ese mismo año surgió la primera estación privada, la HKD o la Voz de Barranquilla.
Estos hechos, junto con la profesionalización de los locutores en la década de los años cuarenta, cuando aparecieron nombres de la talla de Juan Francisco Reyes, Carlos Arturo Rueda y Antonio Henao Gaviria, entre otros, se puede entender como los inicios de la locución y de los profesionales de las cabinas radiales.
Las locuciones y los locutores
En un comienzo los locutores se caracterizaron por el enfoque cultural en sus programas, gracias a locuciones dedicadas a la poesía, la literatura, las adaptaciones de teatro, entre otros campos. Sin embargo, con el desarrollo económico de finales de los años treinta, la radio y la locución adquirieron otra dimensión. Los industriales vieron en la radio un importante medio publicitario y empezaron a contratar locutores con el propósito de explotar ese aspecto. Así, los primeros locutores debían tener ciertos conocimientos de cultura general y una amplia capacidad para informar, pero también el talento para incursionar en la locución publicitaria.
En esas primeras etapas podemos encontrar el germen de una serie de facetas y características que hoy, 24 de marzo, Día del Locutor, exaltamos en Señal Memoria, debido a su impacto en múltiples esferas de la sociedad colombiana.
Muchos locutores son recordados debido a sus varias facetas, pero también porque dejaron una huella imborrable en la memoria de sus oyentes. En 1999 Andrea André, en el programa Babelia, presenta la vida de uno de estos locutores multifacéticos, Cristóbal Américo Rivera (1935-2014), recordado por su “¡Alerta Bogotá!” y “Dolores le tiene miedo a Dolorán”.
Autor: Emerson Rivas