Ficha Técnica
Un hecho del todo insólito en la política colombiana se presentó el 22 de agosto de 1997 cuando Antanas Mockus, que había sido alcalde mayor de Bogotá hasta hacía poco, lavó (literalmente) a varios candidatos presidenciales que asistían al debate en la XXXI Asamblea Nacional de Confecámaras. Tal gesto del burgomaestre obedeció a su afán de exponer, de una manera distinta y con cierto enfoque pedagógico, su punto de vista, cosa que no era la primera vez que hacía.
En esa ocasión el más afectado fue el liberal Horacio Serpa Uribe, que entre sorprendido e indignado exigió respeto. “Hice un reclamo porque me pareció irrespetuosa la actitud de Mockus. Tengo una gran capacidad de tolerancia y sentido del humor, pero hay circunstancias que no son compatibles con lo que yo pienso debe ser una competencia de tanto rigor como es la búsqueda de la Presidencia”, declaró Serpa a un periódico de la época.
Señal Memoria conserva el registro de aquel momento, en el que hubo otro “lavado” (parece que recibió más agua que Mockus): el candidato Carlos Lleras de la Fuente, cuya reacción se limitó a una sonrisa. El siguiente fragmento audiovisual pertenece al Noticiero de las 7 de ese año.
El 24 de marzo de 1998 Mockus justificó su gesto (¿herramienta pedagógica?) al recurrir a un vaso de agua: “Mi proyecto de sociedad es ninguna violencia física y poca violencia simbólica cuidadosamente practicada por todos, incluidos padres, educadores y líderes. Me parece que la transición es: mucha violencia simbólica para reemplazar la violencia física y para responder a ella . Si los bandos en guerra aceptaran ahorrar vidas y lo lograran usando menos violencia física y más violencia simbólica, misión cumplida”.
Autor: Javier Hernández
