Ficha Técnica
El 31 de marzo de 2017 el río Mocoa y sus afluentes se desbordaron, debido a los torrenciales aguaceros que cayeron cerca de Mocoa, capital del Putumayo.
La situación produjo la declaratoria de Estado de Emergencia en la zona, lo que llevó a que, además del gobierno de Colombia, los habitantes de Mocoa también recibieran donaciones de China, España, Alemania, Emiratos Árabes y Corea, así como de organismos internacionales. A pesar de estas ayudas, la reconstrucción de la ciudad se prolongó en el tiempo, lo que generó las protestas de los damnificados.
Los medios públicos hicieron presencia a raíz de este acontecimiento nacional. Días después de la avalancha, la Radio Nacional de Colombia transmitió desde Mocoa con el fin de informar los esfuerzos que se realizaron en el rescate y atención a los damnificados, así como facilitar la comunicación entre los afectados y sus familias.
Dada la acelerada deforestación de las vertientes de los ríos se produjeron deslaves que se desplazaron en avalancha de lodo, piedras y troncos sobre la población, cruzada por el río y cuyas riberas habían sido ocupadas en un proceso de urbanización no planificado.
La avalancha arrastró puentes, casas y vehículos, afectó 17 barrios y destruyó totalmente cinco; produjo la muerte de 326 personas y dejó más de 400 heridos y 200 desaparecidos. El total de damnificados alcanzó la cifra de 17.000 habitantes.
Estudios previos mostraban el riesgo que corrían los habitantes que habían ocupado la zona aluvial. Por lo tanto, la tragedia no se debió a la crecida del río, lo que es un proceso natural, sino a las desafortunadas intervenciones humanas sobre el ecosistema fluvial.
Autor: Alonso Valencia