Ficha Técnica
La labor del antioqueño Pedro Nel Gómez, fallecido un día como hoy, 6 de junio de 1984, fue fundamental en el desarrollo del muralismo colombiano. Lo recordamos a raíz de la última entrevista que concedió, cuando en el programa Un día en la vida de… se refiere a sus años de universidad estudiando ingeniería.
“Soy fundamentalmente un muralista, o sea el que lleva a su obra las victorias, los anhelos, las derrotas y dolores de su pueblo y de su patria”. Así definió su trabajo el artista, cuyas pinturas se encuentran en distintos edificios públicos de Colombia, ubicados principalmente en Medellín y Bogotá.
Un aspecto no muy conocido de su carrera consiste en el hecho de haber estudiado ingeniería civil en la Universidad de Antioquia. En la entrevista en cuestión, Gómez destaca su buen desempeño durante la carrera, cosa que contribuyó a su formación como artista.
De hecho, desde los campos de la ingeniería, la arquitectura y el urbanismo, participó en proyectos destinados a la construcción de edificios públicos, como algunos de la Universidad Nacional de Colombia en Medellín y el Cementerio Universal. También participó en el diseño de los barrios Laureles y San Javier, esenciales en el crecimiento de Medellín.
En materia de pintura, la temática de Pedro Nel Gómez fue netamente social y se ciñó a cuatro grandes ejes: la historia y el trabajo del oro; la familia y el crecimiento de la población; el descenso de la vida a la tierra, y las causas y consecuencias de la violencia. En tales enfoques la figura de la mujer ocupa un lugar central.
La barequera, la madre, Leda y Bachué, las viudas y las huérfanas, son las mujeres más presentes en su obra, en la que la figura femenina suele aparecer despojada de prendas, haciendo de Pedro Nel Gómez uno de los grandes exponentes del desnudo en el arte colombiano del siglo XX.
En otro aparte de la entrevista el artista subraya que en Colombia no hubo, aparte de él, otros representantes importantes del muralismo. Podría decirse que la magnitud de su obra es comparable con la de los grandes muralistas mexicanos, como Diego Rivera y Alfaro Siqueiros.
Autor: Javier Hernández
