Ficha Técnica
Los pesebres navideños son una costumbre de la que no se tiene certeza de cómo inició. Sin embargo, cuenta la leyenda que en Greccio, actualmente Italia, alrededor del año 1225, Francisco de Asís fue a pasar allí la Navidad y construyó un pesebre en la gruta de un monte cercano. El día de Navidad, distribuyó entre vecinos antorchas y hachones invitándolos a subir a la gruta para inaugurar el pesebre. Los habitantes de Greccio jamás olvidaron ese suceso y desde entonces mantuvieron y propagaron la costumbre de construir pesebres navideños.
Por otra parte, la noticia de los pesebres en España también proviene de esa época. El amor de los españoles por las tradiciones religiosas y en particular por los pesebres, no solo fue consignado por artistas en sus pinturas, sino también en villancicos y poemas. Entre estos últimos, podemos mencionar el ejemplo de Lope de Vega, que declama en la Hortigüela al nacimiento de nuestro señor Jesucristo:
Venid a ver lo que vi: que vengo con tal placer que no me puedo tener de risa y de regocijo. Sabed que en nuestro cortijo un ave se apareció que si hay fénix pienso yo que ésta lo debe de ser. Que acababa de nacer, dijo con mil alegrías, el esperado Mesías remedio de nuestros daños, y que envuelto en pobres paños en un portal de Belén de madre y virgen también, le hallaríamos al hielo, haciendo un pesebre cielo.
De esta manera, los españoles llegan a América y con ellos sus costumbres religiosas que son adaptadas al contexto de cada uno de los lugares en donde hicieron presencia. Este es el caso de Popayán, que adopta la costumbre de hacer el pesebre de una manera muy particular por medio de la creación de su propia interpretación de lo que debe ser un pesebre. Esto lo observaremos a continuación por medio de la dirección de Henry Laguado en “Pesebres de trapo de Popayán”.
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Autora: Valentina Mena