Ficha Técnica
Una de las imágenes icónicas del siglo XX, que por cierto fue un siglo en el que la Imagen (con mayúscula) evolucionó como nunca antes gracias a la fotografía, el cine y la televisión, es la de un hombre tratando de cerrarle el paso a un tanque de guerra. Una suerte de pulso entre David y Goliat que se convirtió en el símbolo de la lucha entre las ciudadanías inermes y los regímenes totalitarios en cualquier parte del planeta.
Aquella escena tuvo lugar en la plaza de Tiananmen, ubicada en Pekín, en junio 1989, un año en el que al parecer los astros se alienaron alrededor del globo y trajeron eventos como la caída del Muro de Berlín –primer paso del colapso del sistema político de Europa oriental y la Unión Soviética– y el levantamiento popular protagonizado por los jóvenes chinos. En ambos casos el común denominador fueron las dictaduras comunistas que oprimían al pueblo.
Pero ¿cuál es la historia detrás de esa imagen? Su antecedente inmediato se remonta a abril de 1989, cuando la gente se volcó a las calles como una manera de rendir homenaje al recién fallecido Hu Yaobang, exsecretario general del Partido Comunista de China (PCCh). Su talante reformista, sus críticas a las medidas económicas del entonces máximo líder Deng Xiaoping, y su apoyo a otras protestas, le habían valido la expulsión en 1986 del PCCh.
Los estudiantes transformaron el duelo en una gran manifestación que pedía reivindicar la reputación de Hu Yaobang y honrarla abriendo China a la libertad de prensa y de reunión. La plaza de Tiananmen se llenó de banderas y pancartas y la protesta se extendió a muchas otras ciudades. La inflación, los deficientes salarios, los problemas de vivienda, la corrupción… fueron algunos de los tópicos en esas jornadas.
La euforia llevó a China a decenas de periodistas de todas partes que cubrieron la protesta, plenamente conscientes del impacto político de la misma y del alcance de un medio como la televisión. Su inmediatez y poderosas imágenes mantuvieron en vilo al mundo durante semanas y meses, tal y como podemos apreciarlo en el siguiente fragmento del programa Siglo XX, emitido en 1999, que diez años después abordó los hechos con la suficiente perspectiva.
Cibermedia E.U, para Inravisión – Señal Colombia (Productor). 1999-07-25, [Siglo XX Plaza de Tiananmen] / Hernán Castrillón [Documental]. Colombia: Cibermedia E.U, para Inravisión – Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 018836
Como lo deja en claro el fragmento audiovisual, no solo los periodistas tenían presente la trascendencia histórica de la protesta, sino también sus artífices, los estudiantes concentrados en la plaza de Tiananmen, a quienes salir en televisión cantando consignas y empuñando banderas, no importaba dónde los vieran, fue uno de sus principales objetivos en ese momento.
Sin embargo, la historia no tuvo un final feliz. El gobierno chino también era consciente de cómo la manifestación desgastaba, días tras días, su imagen internacional. Entonces Deng Xiaoping declaró la ley marcial y entre el 3 y 4 de junio la policía, el ejército y los tanques se encaminaron a la plaza, abriendo fuego en su camino y dejando una cifra desconocida de muertos que osciló entre los centenares y los miles. Estos hechos pasaron a la historia como la masacre de Tiananmen.
El 5 de junio hizo su debut “el hombre del tanque”. Así llegó a ser conocido ese individuo anónimo cuyo paradero se ignora. El recuerdo de su actitud desafiante sigue ardiendo en la memoria de la sociedad china. Sin embargo, año tras año su gobierno hace todo lo posible por acallar los murmullos que pretenden evocar aquellas jornadas en la plaza de Tiananmen, donde hace 33 años, un día como hoy, David desafió a Goliat.
Autor: Fernando Nieto
