Ficha Técnica
Si hoy un cataclismo hiciera desaparecer las toneladas de papel de imprenta que en los diez últimos años se han impreso en las rotativas de todos los diarios de Colombia, la historia política y social quedaría intacta y transparente para la posteridad, en las doscientas páginas de este álbum.
Si hoy un cataclismo hiciera desaparecer las toneladas de papel de imprenta que en los diez últimos años se han impreso en las rotativas de todos los diarios de Colombia, la historia política y social quedaría intacta y transparente para la posteridad, en las doscientas páginas de este álbum.
Gustavo Santos
Hoy se celebran los 130 años del nacimiento del caricaturista antioqueño Ricardo Rendón. Su amplia trayectoria gráfica y su reconocimiento nacional se sintetiza en dos décadas de trabajo en las cuales logró comunicar con ironía y agudeza la realidad nacional.
Su trabajo como caricaturista empezó en 1914 en Medellín, con la revista Pánida, una publicación creada con León de Greiff, Pepe Mexía, Tartarín Moreira, Jorge Villa, Teodomiro Isaza y Fernando González en la cual Rendón participó como ilustrador y poeta bajo el seudónimo Daniel Zegri.
Dos años después se instaló en Bogotá disfrutando del reconocimiento que ya había ganado en su trabajo con los círculos intelectuales de Medellín. Sus primeras obras fueron para las publicaciones Bogotá Cómico, Cromos, El Espectador, entre 1921 y 1924 en La República y desde 1928 hasta su muerte en El Tiempo. Allí se hizo evidente el carácter político y profundamente crítico de las imágenes de Rendón, que más allá de la sátira lograron sintetizar la realidad de los gobiernos conservadores. Sin embargo, con la llegada de los liberales al poder en 1930, Rendón demostró que más allá de sus convicciones políticas era capaz de continuar con su reflexión crítica al poder sin importar al mando de quien estuviera.
Como persona, Rendón fue un hombre silencioso y hermético, recordado por sus contertulios en los cafés de Bogotá, como un personaje que desaparecía en la mitad de las conversaciones. Este misterio alimentó aún más su construcción mítica de artista de las vanguardias culturales de principios de siglo. Mito que se reforzó aún más con su suicidio en el café La Gran Vía el 28 de octubre de 1931.
Por: Adriana Uribe