Santa Teresa de Jesús | Señal Memoria

El 28 de marzo de 1515 nació en el seno de una familia noble de Ávila (España) Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, que en los anales de la historia pasó a ser Teresa de Ávila y luego Santa Teresa de Jesús. Señal Memoria la recuerda en la voz del escritor colombiano Eduardo Caballero Calderón, quien tenía una gran admiración por esta Santa y escritora mística. 

Con motivo al cuarto centenario de la reforma de la Orden de los Carmelitas Descalzos, Caballero Calderón relata el fragmento de un texto dedicado a la religiosa española Teresa de Ávila, cuya vida causó una gran impresión en el escritor, ya que consideraba a la mística una tercera forma de conocimiento que no se basaba en el raciocinio ni la experiencia. 

En dicho relato, que hace parte de las voces conservadas por la HJCK, Cabellero Calderón se queja profundamente de la poca justicia que le hace la escultura El éxtasis de Santa Teresa de Bernini, pues parece más la imagen del amor físico y sensual que de la experiencia de transverberación y misticismo que experimentó la Santa.

Para el escritor hubiese sido más acertada una interpretación artística de parte de El Greco, que por cierto fue contemporáneo de Teresa de Ávila, pues su genio era más apropiado para plasmar la experiencia de una unión íntima con Dios.  En todo caso, Caballero Calderón procuró relatar la vida de la Santa en su infancia en el cuento para niños La niña de Ávila, que hace parte de Historia en cuentos. 

Santa Teresa de Jesús, la primera mujer Doctora de la Iglesia, fue una prolífica escritora. Sus obras de carácter autobiográfico nos permiten seguir su evolución espiritual. Así, cabe mencionar algunas de sus obras mayores: La vida (escrito entre 1562 y 1565), las Relaciones espirituales, el Libro de las fundaciones (iniciado en 1573 y publicado en 1610), y cerca de quinientas Cartas.

Teresa de Ávila falleció el 15 de octubre de 1582 en Alba de Tormes. Fue beatificada en 1614 (a poco más de treinta años de su muerte), canonizada en 1622 y proclamada Doctora de la Iglesia católica en 1970, durante el pontificado de Pablo VI.