Ficha Técnica
En Colombia, el acceso de las mujeres a la educación superior estuvo limitado durante mucho tiempo. No fue sino hasta 1933, con el Decreto 1972 en el marco de las reformas educativas del gobierno de Enrique Olaya Herrera, que las mujeres comenzaron a ingresar a las universidades y a especializarse en diversas disciplinas. Este avance marcó un punto de inflexión en la historia educativa del país, abriendo puertas que habían estado cerradas durante décadas. Pensar en estos cambios nos lleva a reflexionar sobre mujeres que, con su trabajo y dedicación, se convirtieron en referentes para las generaciones que las siguieron. Una de ellas es Virginia Gutiérrez de Pineda, cuya memoria sigue viva a más de dos décadas de su partida.
Virginia fue una figura clave en la antropología colombiana, un campo donde las mujeres aún eran minoría cuando ella comenzó su carrera. A lo largo de su vida, exploró las estructuras sociales y familiares en comunidades indígenas y campesinas, aportando un enfoque comprometido que reveló la diversidad cultural del país.
Su trabajo no solo amplió el horizonte del conocimiento antropológico en Colombia, sino que también desafió las limitaciones de género, demostrando que las mujeres tenían un lugar en las ciencias sociales.
Como docente universitaria, influyó en la formación de nuevas generaciones de antropólogos, dejando una huella significativa en la academia colombiana. Su compromiso con la educación y la investigación motivó a muchas mujeres a seguir sus pasos.
Hoy, su rostro en el billete de 10.000 pesos es un reconocimiento a su impacto en la sociedad colombiana. Virginia Gutiérrez de Pineda no solo contribuyó al avance de la antropología en Colombia, sino que también representa el acceso de las mujeres a espacios de conocimiento que les habían sido negados.
A continuación, escucharemos un fragmento del programa radial Hechos y gentes, emitido por la HJCK el 26 de septiembre de 1958, con la participación de Virginia hace más de 60 años.
