Ficha Técnica
En 1767, el capitán británico Samuel Wallis divisó la isla de Tahití, la que llamó King George the Third Island o Otaheite. Este descubrimiento ocurrió en su segundo viaje de exploración del océano Pacífico, el cual abarcó archipiélagos e islas desconocidas, como la isla de Tahití, en la que desembarcó el 19 de junio de 1767.
El hecho fue importante pues los informes resultaron decisivos para James Cook, que entonces preparaba su primer viaje al Pacífico y en cuya tripulación participarían algunos de los hombres que navegaron con Wallis, que en 1780 fue nombrado Comisionado del Almirantazgo.
En el siglo XIX otro europeo, esta vez de origen francés, hizo presencia en la paradisiaca isla del Pacífico y la puso de nuevo en el mapa: Paul Gauguin, un enamorado de Tahití y de la Polinesia francesa, a tal punto que las pinturas que ejecutó en las islas del océano Pacífico son algunas de sus obras más populares.
El 1 de abril de 1891, cansado de la sociedad burguesa europea, Gauguin llegó por primera vez a Tahití. En adelante este pintor, que había sido corredor de bolsa, vivió en la pobreza, incurriendo en excesos, como las escandalosas relaciones sexuales que tuvo con niñas indígenas.
Héctor Mora, a su paso por Tahití, nos adentra en el mito de Gauguin. Un museo de la capital, Pepeete, lleva el nombre del pintor. A través del relato del viajero y periodista podemos conocer más sobre la isla y la vida díscola de Gauguin.
Autora: Viviana Toro