Ficha Técnica
Que suenen el arpa, el cuatro y las maracas: es el tiempo del Torneo Internacional del Joropo, celebrado en Villavicencio (Meta), y de celebrar la tradición y costumbres de los llanos orientales colombianos.
A finales de 1962, el compositor y cantante araucano Miguel Ángel Martín creó el Festival de la canción colombiana, para mostrar la diversidad musical del país. Dentro de esta fiesta surgió el Torneo del Joropo, que dinamizó al nuevo departamento del meta.
Aunque en el 70 el Festival de la canción colombiana cesó, el Torneo del Joropo continuó y se hizo más grande; se hizo internacional y abrió las puertas a delegaciones de Venezuela, país que comparte parte de la cultura llanera, donde hay frontera, con Colombia.
Así, el Torneo Internacional del Joropo ha sido tarima para talentos enormes como Ángel Custodio Loyola, Carrao de Palmarito, Reynaldo Armas y Fabiana Ochoa. También ha sido un vehículo para homenajear a su creador: desde el 2019, su nombre es Torneo Internacional del Joropo Miguel Ángel Martín.
Cada junio, entonces, los bailarines despliegan sus pasos con vigorosidad, como el galopar de un equino. Mientras el hombre zapatea, la mujer hace pasos de valseo; hacen parte del repertorio de movimientos la zambullida del güire, el toreado, punta de soga y la sentada del perro velón.
El Torneo Internacional del Joropo va más allá del baile mismo: es una celebración de la cultura llanera. En el episodio de Festivaliando que abordó este Torneo, el catedrático de la Universidad del Llano Jairo Ruiz explica cómo el contacto cultural entre inmigrantes de Andalucía, el sur de España, y los indígenas achagua es el origen de los llaneros.
El porqué de la ganadería, su relación con la creación de Villavicencio y cómo las danzas andaluzas inspiraron el joropo son algunos de los puntos que toca Ruiz. En el marco del Torneo Internacional del Joropo, su análisis permite entender la estructura de esta manifestación cultural colombiana.
Autor: Santiago Cembrano
