Ficha Técnica
En el Carmen de Viboral, a 54 kilómetros de Medellín, acaba de ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la nación una manifestación artesanal con más de cien años de tradición, se trata de su loza pintada.
Este oficio se remonta a 1898, año en el que Eliseo Pareja, ceramista del municipio de Caldas, se radicó en Carmen de Viboral. Al pasar su conocimiento a otros artesanos y al transportar las materias primas a lomo de mula, rápidamente se fueron fundando otras fábricas ceramistas en este territorio del suroriente antioqueño hasta constituirse una gran empresa denominada Cerámicas Unidas.
Otras familias fueron marcando tendencia en la elaboración de estas lozas, que al inicio eran blancas, pero que poco a poco fueron incorporando elementos decorativos hasta que en 1970 Rafael Ángel Betancur motivó la decoración a mano de vajillas, como una forma de darle valor agregado a la artesanía. Ese impulso decorativo es el que hace hoy a la loza del Carmen de Viboral única en su género y le da el carácter de identidad que se requiere para ser incorporada a la Lista Representativa del PCI.
Así lo dejó ver la serie documental Huellas de Colombia, producida por Señal Colombia en la década de los noventa, bajo la dirección de Vicente Silva Vargas; la cual dedicó un capítulo a visitar el municipio antioqueño para rescatar esta manifestación cultural desde la propia voz de los artesanos. Los productores visitaron el Instituto Técnico Industrial, que cuenta con talleres de cerámica y hornos para que los jóvenes carmelitos se formen en el oficio, y conversaron con el artesano Clemente Betancur, quien explica las distintas etapas elaborativas de estas vasijas hasta llegar a su decoración final.
Hoy, que la estética de esta cerámica local es inmortalizada, debemos contribuir en su salvaguarda, difusión y consumo.
Autora: Viviana Arce