El arte rupestre es un lenguaje tan fascinante como enigmático al momento de entenderlo y estudiarlo. Al tratarse de una manifestación cultural ancestral de quienes habitaron el territorio de la actual Colombia, resulta de un valor patrimonial incalculable para la memoria y la construcción identitaria de nuestro país. Gracias a dos programas de la televisión pública que conserva el Archivo Señal Memoria, haremos una aproximación a este arte mediante el conocimiento de dos especialistas en la materia: el filósofo Fernando Urbina y el antropólogo Álvaro Botiva.
Arte, lenguaje y cosmovisión
El arte rupestre se puede entender como el conjunto de manifestaciones culturales producidas sobre piedra o tierra, ya se trate de pinturas (pictografías), grabados (petroglifos), relieves escultóricos o geoglifos. Este tipo de imágenes han sido calificadas por la historiografía tradicional como prehistóricas, al haber sido elaboradas por sociedades que no contaban con una forma de escritura compleja o de un lenguaje fonético. Vale aclarar que esta denominación resulta desacertada, ya que desconoce la importancia de dichas imágenes para entender el desarrollo histórico y antropológico de las civilizaciones.
Imagen de arte rupestre. Extraído de: Senn, Martha. (Directora). (2001). Lo bello, lo bueno, lo nuestro. [Serie documental] [Lenguaje de una cosmología]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007351
El sentido de denominar arte a este tipo de imágenes es válido en la medida en que logramos apreciar su indudable valor estético, pero resulta impreciso respecto a su significado, su función y su propósito. Estos elementos adquieren relevancia si abordamos las pinturas rupestres desde un punto de vista antropológico; es decir, si valoramos estas manifestaciones como vestigios de culturas ancestrales que, aunque conocemos muy poco, nos permitieron descubrir formas diversas y complejas de comunicación. En efecto, el estudio del arte rupestre es capaz de enseñarnos formas de pensar y de entender un mundo a pesar de que en términos de códigos simbólicos nos resulte inaccesible. Este tipo de testimonios, que alcanzaron su máxima repercusión arqueológica con el descubrimiento de las cuevas de Altamira en España, también están presentes a lo largo del territorio colombiano, de Nariño a la Guajira y de los litorales a las planicies orientales.
En nuestro país no conocemos con certeza qué grupo humano, etnia o cultura elaboró esta clase de dibujos, pero lo que es seguro es que nos han dejado obras de un acabado extraordinario en términos visuales, como lo menciona el antropólogo e historiador Fernando Urbina, experto en esta materia. En el programa “Lo bello, lo bueno, lo nuestro”, presentado por Martha Senn y transmitido por Señal Colombia en el año 2001, Urbina nos ofrece una explicación al respecto.
Senn, Martha. (Directora). (2001). Lo bello, lo bueno, lo nuestro. [Serie documental] [Lenguaje de una cosmología]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007351
Si lo que buscamos es indagar en el propósito, las funciones y el significado de cualquier manifestación cultural, nos debemos remitir al contexto de producción. A pesar de la falta de información a este respecto en el arte rupestre colombiano, podemos afirmar que la comunicación fue un factor esencial que argumenta la creación misma de estas imágenes. En concordancia, es acertado considerar que estas sociedades estaban transmitiendo una realidad cotidiana, una cosmovisión, una manera de relacionarse y de entender la naturaleza, así como de contactar con lo sobrenatural o lo divino. De hecho, el mismo escenario rocoso era entendido como un espacio sagrado.
A propósito de este tema, una de las formas que más se repiten en el arte rupestre presente en Colombia es la figura del hombre sentado. Según explica Fernando Urbina, se trata de una postura enigmática que puede encontrar una explicación en la concepción del tiempo por parte de los hombres ancestrales y su vínculo con la tierra misma.
Senn, Martha. (Directora). (2001). Lo bello, lo bueno, lo nuestro. [Serie documental] [Lenguaje de una cosmología]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007351
Poder, magia y propósito
El arte rupestre no sólo nos muestra las cosmovisiones que hace miles de años tuvieron los habitantes del actual territorio colombiano, sino que también nos aproxima al objetivo que tenían al crear estas imágenes. Algunos estudios han sugerido que se le otorgaba un poder mágico a estas figuras sobre roca, especialmente por su vínculo con el chamanismo y la asociación de las rocas o cuevas como lugares sagrados en donde se realizaban rituales con sentido mágico.
En ese orden de ideas, a las figuras representadas se les podría haber atribuido poderes tales como desatar fenómenos de la naturaleza, impedir enfermedades, contactar con espíritus o antepasados o dar equilibrio al orden de lo natural. Según ese planteamiento, los pictogramas se presentan como un conjunto de símbolos instrumentales que permiten modificar la realidad. Para el caso concreto de Colombia, el historiador Urbina comenta que en el Caquetá los grabados representan la esencia de los seres, especialmente de los animales. La importancia de representarlos radica en que son los encargados de enfermar al hombre para crear el equilibrio en el mundo.
Senn, Martha. (Directora). (2001). Lo bello, lo bueno, lo nuestro. [Serie documental] [Lenguaje de una cosmología]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007351
Imagen de arte rupestre. Extraído de: Senn, Martha. (Directora). (2001). Lo bello, lo bueno, lo nuestro. [Serie documental] [Lenguaje de una cosmología]. Colombia: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-007351
Otra de las leyendas comentadas por Urbina, y que establece un origen del arte rupestre, narra que el hombre creador empezó a ver un punto que se agrandaba y se achicaba, hasta que ese punto tomó consistencia y se volvió el iris de sus ojos, los que empezó a utilizar para crear imágenes.
El valor de conservar
Otro de los expertos en este tema, el antropólogo Álvaro Botiva, mostraba en el programa “La cultura viva” transmitido por Señal Colombia en 2006, algunas de las pinturas rupestres más importantes ubicadas en Cundinamarca, como la llamada Roca del Indio, conocida por sus figuras pictográficas en forma de tejidos.
Insertar video. Silva Vargas, Vicente. (Director). (2005). La cultura viva [Magacín cultural]. [Arte rupestre en Cundinamarca]. Colombia: RTVC-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 006432
Botiva también menciona que algunas de estas pinturas han sido maltratadas a lo largo del tiempo, ya que no han sido protegidas como patrimonio cultural de la nación. En efecto, como menciona el investigador, la gente no puede cuidar aquello que no conoce. Y la falta de conocimiento se debe, en parte, a la poca divulgación y apropiación de algo que no se entiende. Es por esta razón, que el Archivo Señal Memoria busca darle nueva cabida a documentos audiovisuales que recuerdan la importancia del arte rupestre en el patrimonio cultural colombiano.