A lo largo de la historia humana, la deforestación ha sido una herramienta para obtener madera, alistar el terreno para la agricultura y abrirle espacio a las ciudades. Sin embargo, la deforestación indiscriminada es una gran amenaza para el futuro de Colombia y el mundo: aumenta el calentamiento global, deja sin hábitat a miles de especies y, si no se hace nada al respecto, puede acabarnos a nosotros también.
¿Hace ruido un árbol al caer si nadie está ahí para escucharlo? ¿Y si lo que cae es un bosque entero? ¿Cuál es el sonido que tres millones de hectáreas de bosque hacen al ser derribadas? Eso es lo que ha pasado en Colombia durante las últimas dos décadas. A lo mejor, sobre las motosierras ensordecedoras, suena el himno nacional como señal de progreso.
La palabra es deforestación. Es una palabra negativa en la que el sufijo te cuenta toda la historia, una en la que algo va a ser borrado: el bosque. Deforestación: despojar un terreno de plantas y árboles, una herramienta civilizatoria que ha sido necesaria para la agricultura, la crianza de animales y la obtención de madera para construcciones o combustible. En el programa Ciencias Naturales Grado V, de 1985, se explicó de qué iba este tema de la deforestación.
Briceño, Miguel (1985). Ciencias naturales grado V [Consecuencias de la tala de bosques]. Bogotá: Instituto Nacional de Radio y Televisión - Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P-241758.
En septiembre de 2022, la ministra de Ambiente, Susana Muhama, reveló que de esas tres millones de hectáreas deforestadas durante el siglo XXI, 1.858.285 eran de la Amazonía. El año pasado, Meta, Caquetá, Guaviare, Putumayo, Norte de Santander y Antioquia fueron los seis departamentos más afectados. “Queremos sentar una línea base de dónde estamos iniciando como Gobierno y queremos hacer un llamado a toda la sociedad porque el problema lo tenemos que ver de frente. Este punto de partida lo que nos muestra es la gravedad del fenómeno. Este año ya vamos 11 % más alto sumando los dos trimestres, en comparación con el año pasado. Viene el último trimestre donde se presenta la afectación más grave si no hacemos algo”, afirmó entonces la ministra. “Estamos perdiendo conexiones, que es lo que sustenta el agua y es fundamental para la agricultura. Si queremos ser Colombia Potencia Mundial de la Vida no sólo hay que frenar la deforestación sino restaurar”.
En Colombia, algunas de las principales causas de la deforestación tienen que ver con la ganadería extensiva, la minería y la tala ilegales, la ampliación de la frontera agrícola, el acaparamiento de tierras y los cultivos de uso ilícito. Estas dinámicas se suman a las legales, pero que igual deterioran el medio ambiente colombiano a un ritmo tan acelerado que es insostenible. Todo esto ha configurado una emergencia ambiental alrededor de la deforestación, cuya solución implica pensar un país distinto, otra forma de entender el desarrollo. Como dijo en Twitter la periodista ambiental María Paula Rubiano, en los próximos ocho años Colombia no solo tendrá que frenar la deforestación de sus bosques y selvas, sino además reemplazar las energías contaminantes (que mueven su vida industrial y de transporte) por energías renovables.
Si ampliamos nuestra perspectiva espacial y temporal, veremos que la deforestación ni es nueva ni es necesariamente negativa. Como indica National Geographic, hace 2.000 años el 80 % de Europa Occidental era bosque; hoy esa cifra es del 34 %. Y sin esa deforestación, ¿dónde viviríamos? ¿cómo sembraríamos nuestros alimentos? ¿con qué construiríamos nuestras ciudades? La historia humana es la de aprender a relacionarnos con la naturaleza tanto como la de modificarla para poder aprovecharla; incluso su explotación ha sido la base de algunas de nuestras hazañas más grandes. Cómo no, también de nuestras mayores desgracias, basta mirar a nuestro alrededor para ver ambas. El panorama de la deforestación e iniciativas para retrasarlo en las ciudades fue expuesto por este programa del Ministerio de Agricultura.
Ministerio de Agricultura de la República de Colombia (1984). Urbanismo y deforestación. Bogotá: Instituto Nacional de Radio y Televisión - Inravisión. Archivo Señal Memoria, C1P-241601.
El problema no es la deforestación en sí, sino su desmesura y que hoy en día la mayoría ocurre en bosques tropicales sin ningún tipo de control o planificación; el golpe lo sufrimos de forma particular en el hemisferio sur, aún si al final el impacto es global: mayor dióxido de carbono en la atmósfera porque menos árboles lo pueden absorber, por lo que aumenta el calentamiento global; menor biodiversidad, pues distintas especies pierden sus hábitats cuando los bosques desaparecen; suelos erosionados que se incendian con mayor facilidad. Vamos, una catástrofe. O sea que no se puede hablar de la lucha contra el cambio climático sin incluir, como eje, la lucha contra la deforestación.
En este contenido del Ministerio de Transporte podemos conocer de cerca testimonios y relatos sobre la deforestación y sus impactos.
Ministerio de Transporte (1995). La otra realidad de la panamericana [Devastación del medio ambiente]. Bogotá: Ministerio de Transporte. Archivo Señal Memoria, UMT-209987.
Así como la deforestación golpea de forma desigual al hemisferio sur y los bosques tropicales, son las personas más pobres y vulnerables las que sufren sus consecuencias a mayor escala. Cada año en Colombia vemos en las noticias las imágenes de casas arrastradas por el agua crecida, inundaciones invernales que más que una tragedia inesperada son una respuesta a nuestra relación con el medio ambiente. El futuro de Colombia está atravesado por la necesidad de hacerle frente a la deforestación, como incluso lo indica el Acuerdo de Paz de 2016, pero como lo suplica nuestro entorno de todas las formas posibles. Debemos escuchar y actuar, y hacerlo rápido. El ruido de los árboles al caer es atronador.
Autor: Santiago Cembrano