Bernardo Romero Lozano (1910-1971) estuvo presente en la televisión nacional, desde el primer día de su inauguración en 1954. El trabajo escénico que desarrolló por medio de radioteatros, y teleteatros, hizo posible la divulgación y promoción del teatro en Colombia, así como la formación de públicos para los programas culturales en los medios de comunicación.
Bernardo Romero Lozano (Buga, 1910 - Bogotá, 1971) fue un intelectual, actor, director, adaptador, dramaturgo y gestor cultural vallecaucano, con un legado artístico que ha sido reconocido como pionero, principalmente por su trabajo en los orígenes de la radio y la televisión pública colombiana.
Romero Lozano, Bernardo (director). (Sin fecha). El Mercader de Venecia. Bogotá D.C.: Radiodifusora Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, RDNC-RMT-023310-01.
Es reconocido así por parte de varios intelectuales y artistas contemporáneos que compartieron con él, en los escenarios, en específico, en grupos como el Teatro Experimental de la Universidad Nacional de Colombia y El Búho. Así mismo como productor de obras en los medios de comunicación; director artístico y administrativo en instituciones de la talla del Teatro Colón y la Radiodifusora Nacional de Colombia entre las décadas de los años cuarenta a los sesenta del siglo XX.
En ese mismo contexto, cabe resaltar los premios Nemqueteba que ganó como director de teleteatros en los años 1957, 1959 y 1965, que contribuyeron con la validación positiva de su trabajo.
Ad portas de cumplirse en 2024, el setenta aniversario de la inauguración de la televisión colombiana y 52 años después de su fallecimiento, es apropiado volver a reflexionar acerca del significado de su obra, en el contexto de su época.
Sobre el interés de Bernardo Romero Lozano por el arte, su sobrino, el escritor, director de teatro, guionista, productor de radio y medios audiovisuales, Sandro Romero Rey, señaló que su tío fue un autodidacta, que llegó de Buga a Bogotá inicialmente a estudiar música y sus primeros contactos con las artes escénicas fueron la afición familiar a representar sainetes y comedias en su pueblo natal y su cercanía con las compañías itinerantes de teatro de España, México o Argentina por Buga.
Romero Rey afirmó que es necesario cotejar las información que circula sobre la biografía de su tío, ya que hay varios datos malentendidos, como por ejemplo la existencia de cinco fechas diferentes de nacimiento, o versiones no sustentadas que le relacionan con la expulsión del director japonés Seki Sano de Colombia, uno de los temas que trata en su novela ¿Que paso con Seki Sano? publicada en 2023. Del mismo modo, existen periodos sobre los que hay varios interrogantes alrededor de cómo se convirtió en una figura protagónica y pionera de la escena teatral bogotana tras radicarse en la ciudad.
De acuerdo con la investigadora teatral Marina Lamus, él hizo parte de una generación no homogénea de autores e intelectuales colombianos, que marcaron una línea en la programación de la Radiodifusora Nacional de Colombia, dirigiendo y adaptando obras de autores colombianos y extranjeros del momento reconocidos internacionalmente.
Bernardo Romero Lozano comprendió la riqueza de los lenguajes artísticos propios del teatro de sala, la radio y la televisión, llevando a cabo el doble trabajo de adaptar obras de teatro en los medios de comunicación, por medio de radioteatros y teleteatros, dos productos culturales considerados modernos en su momento, que influyeron en la formación de audiencias, y en la promoción del teatro en Colombia.
Por su parte, grupos de teatro como El Búho, creado en Bogotá en 1958, se fundó por algunos artistas influenciados por el desarrollo de los programas de representación de la recién fundada Televisora Nacional y la aparición de escuelas de teatro desde los años cuarenta. El Búho, grupo al que perteneció Romero Lozano integró en sus actividades, varias manifestaciones artísticas como la poesía, la música, la pintura, el cine y el teatro, además según Lamus presentó obras de diferentes épocas y tendencias.
Para la investigadora de arte colombiano Katia González Martínez, Bernardo Romero Lozano estuvo inscrito en un circuito de intelectuales, artistas colombianos y extranjeros de Bogotá, entre los que se dieron una serie de colaboraciones respecto a la experimentación y creación de espacios (galerías, librerías, emisoras de radio, salas de teatro, la recién creada televisión), para que fueran epicentros de los lenguajes del arte moderno.
Estos espacios se ubicaron en un perímetro de pocas cuadras entre el centro de la ciudad, la Biblioteca Nacional, la Biblioteca Luis Ángel Arango, y la Universidad Nacional de Colombia.
Siguiendo a Katia González, Romero Lozano hizo una traducción e interpretación de los lenguajes del arte moderno en Colombia, desde los medios y los escenarios. Fue un hombre local capaz de entender autores que estaban por fuera de la escena local, adaptándose a la escena colombiana y contribuyendo con la formación de públicos.
El teatro que él dirigió y produjo no fue convencional para su época, ya que fue transitando y explorando en los medios de comunicación. En 1963 Romero Lozano afirmó al periodista lader Giraldo de El Espectador acerca de la fructífera relación entre el teatro y la televisión que él y otros directores hicieron posible: “La televisión presta un gran servicio. Eso, descontando su papel de impulsadora del desarrollo teatral de Colombia. Hay que tener en cuenta lo que ha representado en el campo del buen teatro. Escuelas, grupos experimentales y esa grande inquietud por el buen teatro, nacieron de la televisión”.
Romero Lozano fue uno de los promotores de la programación educativa y cultural que se propuso la televisión colombiana en el momento de su inauguración, el 13 de junio de 1954, de la que hizo parte la obra El Niño del Pantano dirigida por él.
A lo largo de su trayectoria montó obras clásicas, modernas, para 1959 había producido 129 teleteatros en 4 años, siendo los programas el Teledi acto y El gran teleteatro, espacios semanales de televisión que fueron familiares para las audiencias y la formación de las primeras generaciones de actores, hasta los años sesenta; como señaló su hijo el director Bernardo Romero Pereiro en 1986 : “Mi viejo empezó a inventar la televisión. Inventó un lenguaje, insistiendo siempre en que los actores supieran decir bien las cosas, de manera que sintieran su papel. Era un estilo de actuación que consistía en el saber decir, y que enseñó a toda la gente que empezó en televisión”.
Autor: Antonio Ochoa
