El poeta y dramaturgo español Federico García Lorca fue un escritor conocido por retratar los campos andaluces, los bailes gitanos y el cante jondo; con maestría plasmó paisajes españoles, pero a la vez fue capaz de apelar a un sentimiento universal.
En 1931 Lorca escribe la obra teatral Bodas de Sangre que, inspirada en hechos reales, narra el matrimonio entre el Novio y la Novia, y el amor prohibido entre ella y su antiguo novio: Leonardo. Esta historia trata sobre la conjunción entre el amor y la agonía; habla de persecuciones y la sangre derramada bajo la luz de la luna.
Bodas de Sangre tiene todos los elementos de las grandes tragedias antiguas: el destino, la pasión, el odio y la muerte inevitable; sin embargo, en vez del tradicional coro griego (aquel grupo que canta al unísono llevando la línea de la narración), son niñas y leñadores los que relatan el enfrentamiento entre los dos hombres. Tampoco se evidencia el verdadero desenlace trágico en esta gran batalla, sino en el dolor de las figuras femeninas: en la novia destruida tras haber luchado en vano contra un amor que inevitablemente la consumió, y en la madre condenada a ver la muerte de su familia, y aún más, el final de su linaje.
En esta obra se siente la intensidad del lenguaje de García Lorca y se puede entender su concepción sobre el teatro. El escritor, en una entrevista en 1936, afirmaría: El teatro es la poesía que se levanta del libro y se hace humana. Y al hacerse, habla y grita, llora y se desespera. El teatro necesita que los personajes que aparezcan en la escena lleven un traje de poesía y al mismo tiempo se le vean los huesos, la sangre.
Este radioteatro, es una adaptación que contó con la dirección de Federico Vera Díaz y las actuaciones de Julio Jiménez como el novio, Lucero Montes como la novia, Flor Vargas como la madre, Alfredo Gonzalez como el padre y Amparo Chalmeta como la esposa.