La corta vida y la larga herencia de los teleteatros colombianos | Señal Memoria

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Publicado el Vie, 24/05/2019 - 13:27
La corta vida y la larga herencia de los teleteatros colombianos

Por Luis Alfonso Rodríguez Norato

La sátira, la picaresca y los géneros teatrales cómicos tuvieron también protagonismo dentro de las adaptaciones para televisión hechas a partir de obras teatrales. Una obra escrita originalmente para títeres fue la fuente de uno de los teleteatros que conformaron la apuesta cultural y educativa de la televisión en Colombia.

Dentro de los primeros estrenos de obras adaptadas para teleteatros, el Archivo Señal Memoria de RTVC guarda una del escritor y dramaturgo español Federico García Lorca, llamada “El retablillo de Don Cristóbal”, realizada en la segunda mitad de la década de los años 50. Es pertinente aclarar que en el documento se visualiza un contador de tiempo de la grabación correspondiente a una marca de reproducción impresa por la máquina de telecine que no pertenece a la filmación original.

Con una adaptación de Bernardo Romero Lozano, la obra originalmente escrita para teatro de títeres en 1931, nació junto a otro escrito del mismo género, “Los títeres de Cachiporra”, estrenadas en 1934 en Buenos Aires. La novedad de Romero Lozano fue convertir a los títeres protagonistas de la “farsa de guiñol”, nombre con el cual se conocía éste género teatral cómico originario de la Edad Media, en personajes reales personificados actores y no por muñecos.

El papel protagónico del poeta es interpretado por el actor español Fausto Cabrera, pionero del teatro y la televisión en Colombia. Los demás personajes de la obra como el director, Rosita, don Cristóbal, el enfermo, la madre y Currito fueron interpretados por el elenco de actores del grupo escénico de la Televisora Nacional.

La programación de televisión y los teleteatros

La inauguración de la televisión en Colombia en 1954 trajo consigo el enorme reto de la elaboración y difusión de programas, cumpliendo las políticas propias de la dirección de información y propaganda del gobierno militar de Gustavo Rojas Pinilla. Una de sus primeras decisiones fue la de disponer de grupos artísticos de carácter permanente para formar parte de la programación habitual.

La radio había hecho camino en este campo y la figura de Bernardo Romero Lozano y su experiencia teatral fueron fundamentales para hacer del teleteatro una de las principales apuestas televisivas de los primeros años de programación.

Ahora bien, si los teleteatros formaban parte de una serie de productos culturales que buscaban educar la población colombiana, ¿qué obras y cómo debían representarse? La respuesta no era sencilla ya que debía responder, según el criterio de Romero Lozano, a creaciones artísticas nuevas, autores contemporáneos o vanguardistas en sus propuestas teatrales, a una idea de modernidad en contraste con las viejas tradiciones, y a la vez debían ser entretenidas y ligeras de acuerdo a los formatos del nuevo medio televisivo.

El teatro terminó convirtiéndose en uno de los productos de mayor difusión entre 1954 y 1959. Tan sólo un año después de comenzar sus transmisiones, la televisión colombiana contaba con espacios teatrales permanentes en su programación como El Cuento Colombiano, La Farsa, El Programa Macabro, La Fábula, y por supuesto, el Teleteatro.

Su importancia se ve reflejada también en las cifras, cuando termina su ciclo en 1959, habían sido 129 las representaciones emitidas, 100 de ellas correspondientes a estrenos.

Fecha de publicación original Vie, 24/05/2019 - 13:27