El café llegó a Occidente en el siglo XVII. Desde entonces, tomó un lugar relevante como bebida social que generó espacios para la discusión y la creación artística, literaria, científica y filosófica.
En Colombia es uno de los productos más emblemáticos a nivel económico y social, con toda una cultura formada alrededor del cultivo campesino del café. Además de ser uno de los principales exportadores a nivel mundial, el Eje Cafetero es escenario del Paisaje Cultural Cafetero -PCC-, el cual fue declarado como Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2011.
Bendecido y demonizado, el café ha hecho parte de la historia humana desde hace, por lo menos, 500 años. El Archivo Señal Memoria permite conocer el impacto cultural de esta bebida en Colombia.
Una bebida de mundo
El origen del café se le atribuye al África subsahariana, en el territorio que ocupa la actual Etiopía. Desde allí, el comercio árabe se encargó de llevarlo a Turquía, Yemen, Persia y Egipto en el siglo XVI. De Turquía fue llevado a Venecia y durante el siglo XVII se divulgó a Europa, Asia y América.
A donde llegaba, el café era recibido con agrado por su sabor y los efectos energéticos. En el mundo islámico, por ejemplo, ganó fama como bebida social ante la prohibición de consumir alcohol por lo que proliferaron los sitios de encuentro para conversar mientras se tomaba. Las cafeterías también se popularizaron en occidente, se volvieron espacios sociales y escenarios recurrentes para la creación y tertulia filosófica, literaria, científica y artística.
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Actualmente, el consumo mundial de café es en promedio 11 millones de toneladas anuales; con Finlandia, Noruega, Estados Unidos y Japón entre los mayores importadores. Brasil, Indonesia, Etiopía, Vietnam, Filipinas, México y Colombia son los principales productores y exportadores.
El café en Colombia
El café llegó a Colombia en el siglo XVIII y, en la colonia, su cultivo fue fomentado por los Jesuitas en los actuales departamentos de Santander y Norte de Santander. Para el inicio de la república, en el siglo XIX, se comenzó a exportar a Alemania y a Estados Unidos.
Durante el siglo XX, el café fue un producto que impulsó gran parte de la economía nacional y abrió puertas para acuerdos comerciales con otros países. El mayor auge cafetero se dio entre 1923 y 1929 por los altos ingresos en dólares que traía este producto al país: alrededor de 526 millones de dólares.
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El café no solo trata de economía. Su cultivo fomentó a finales del siglo XIX e inicios del XX la colonización campesina en Antioquia, Valle del Cauca, Tolima y el Viejo Caldas; lo que gestó varias tradiciones centradas en la vida familiar, el apoyo comunitario y las expresiones culturales como el Festival Nacional del Café, los desfiles de yipaos y los reinados de belleza.
Un testimonio sobre la vida campesina cafetera se puede escuchar en el programa Memoria crónica (2008). El caficultor caldense Hugo Castaño Valencia narra allí cómo era la vida cotidiana de niño en una familia y comunidad cafetera:
Castellanos, René (Director). (2008). Memoria crónica. [Serie]. [Capítulo: Chinchiná y el café]. Colombia: Señal Colombia. Archivo Señal Memoria. BTCX30 020215
Al conjunto de arquitectura, intervención del espacio y expresiones culturales en el Eje Cafetero y parte del Valle del Cauca y Tolima se le conoce como Paisaje cultural cafetero -PCC-. Declarado patrimonio mundial por la UNESCO en 2011, el PCC también es aprovechado como atractivo turístico. Las estampas cafeteras fueron registradas por el programa Reportaje a Colombia (1998).
Nagles, Hermógenes (Director). (1998). Reportaje a Colombia. [Serie]. [Quindío ruta del café]. Colombia: Inravisión/Señal Colombia. Archivo Señal Memoria. BTCX30 014192
Autora: Elsa Garzón
