Si bien el ballet, escrito también “balé”, es un arte originado en Europa; durante un siglo se ha integrado en las danzas tradicionales de naciones en diferentes continentes. De esta sincronía nacen los ballet folclóricos, que combinan técnicas clásicas con los movimientos y ritmos tradicionales de sus culturas.
Conozcamos más de este género gracias a la serie El Mundo al Vuelo, de Héctor Mora y Colombiana de Televisión, la cual emitió coreografías de compañías de danza en México y Tahití.
Dicen que el ballet es la base de todas las danzas. Tanto que desde 1982 se celebra el Día Internacional de la Danza en el aniversario del natalicio del padre del ballet moderno: Jean-Georges Noverre.
Aunque es la base de las danzas europeas, su relación con géneros de otras culturas es más un complemento que permite la divulgación de sus tradiciones. Los ballet folclóricos, como encuentro entre técnica y tradición, se encuentran presentes en el Archivo Señal Memoria.
¿Qué es el ballet?
El ballet es una danza que se caracteriza por un alto nivel de sincronización y armonía entre el cuerpo del bailarín, sus movimientos y la música. La complejidad de pasos con los pies es una parte esencial de coreografías que generalmente buscan demostrar un alto nivel de precisión y perfección técnica.
El ballet es emblemático de Europa por su amplia presencia en el continente y la existencia de variaciones según el país en el que se enseñe. Su origen es igual de disperso, con raíces italianas pero su consolidación tuvo lugar principalmente en Francia y Rusia.
En Colombia, el ballet llega durante la primera mitad del siglo XX de la mano de artistas extranjeros que comienzan a instalarse en ciudades como Cali y Barranquilla. Con el tiempo obtuvo popularidad para la formación física de niños y jóvenes, tal como lo muestra el episodio del magacín cultural Tras la huella del saber dedicado a este arte escénico:
Ortiz, María del Rosario (Director). (1991). Tras la huella del saber. Bogotá: Inravisión-Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30-011110.
El ballet folclórico
La expansión del ballet fuera de Europa se facilitó gracias a las migraciones y al rol hegemónico del continente a nivel cultural y económico, lo que fomentó la práctica de esta danza como referente aspiracional y símbolo de alta cultura. Sin embargo, con esto también se comenzó a crear el escenario necesario para el nacimiento de una variable: el ballet folclórico.
El ballet folclórico es la adaptación de algunas convenciones de la danza clásica en prácticas populares o tradicionales de una comunidad. Pasos, coreografías o posturas se encuentran con movimientos y ritmos propios de naciones diferentes a la europea. Ana Carolina Ávila describe al ballet folclórico como un encuentro entre el legado de una cultura con la escenificación y representación que ofrece una danza estructurada como la clásica y la teatralidad de un escenario. De América a Asia, el ballet folclórico se volvió una forma de divulgación y, para algunos, profesionalización de las artes escénicas.
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No existe un único inventor (o inventora) del ballet folclórico, pues fue un fenómeno que se desarrolló de forma casi paralela en los países latinoamericanos. Sin embargo, algunas figuras son recordadas como paradigmas en el desarrollo de esta modalidad gracias al alcance de las compañías que dirigieron, su iniciativa en políticas públicas para el fomento de la danza folclórica y el impacto de su obra al punto de ser considerada referente cultural en sus países de origen.
El ballet folclórico de México.
Desde su fundación por la bailarina Amalia Hernández en 1952, al Ballet Folclórico de México se le atribuye la creación de una tradición folclórica que engloba la enorme diversidad cultural del país de una manera que permite transmitirla fuera del país y que exalta la identidad mexicana de generación en generación. Se ha vuelto un exponente de la danza nacional en el extranjero, algo que se evidencia en el episodio Danzas del mundo de la serie El Mundo al Vuelo, de Héctor Mora y Colombiana de Televisión, gracias a la explicación que ofrece la bailarina Gloria Mestre (1928-2012):
Mora, Héctor (director). (1997). El Mundo al Vuelo. México: Colombiana de Televisión. Archivo Señal Memoria, VR-BTCX60-063227 CLIP 1.
Mestre es considerada una de las mejores bailarinas mexicanas de la historia del país. Su carrera en el baile— que inició desde muy joven— pasó por academias europeas y también se desempeñó como actriz y cantante. Su mérito no radica en ser la fundadora del Ballet Folclórico de México, como lo afirma El Mundo al Vuelo, sino de la escuela del Ballet Chapultepec, la Academia de Danza Mexicana y el ballet de la Asociación Nacional de Actores.
En la entrevista cuenta cómo la vestimenta tiene una notoria influencia de las culturas españolas, africanas e indígenas que han habitado estos territorios. Igualmente, los distintos tipos de danzas que la componen reflejan tanto las regiones del nombrado país como la idea de una identidad nacional basada en el mestizaje.
¿Ballet tahitiano?
El ballet folclórico es también una forma de representar manifestaciones populares o cotidianas de una comunidad a través de coreografías coordinadas que permiten comunicarlas a personas que no estén familiarizadas. Ejemplo de esto es la puesta en escena de la compañía de danza polinesia que Héctor Mora incluyó en el episodio de El Mundo al Vuelo sobre Tahití.
Mora, Héctor (director). (1995). El Mundo al Vuelo. Papeete-Tahiti: Colombiana de Televisión. Archivo Señal Memoria, VR-BTCX60-063183 CLIP 2.
Además de poner en escena varios movimientos o acciones cotidianas de la tradición tahitiana —más difíciles de ver por extranjeros o personas ajenas a esta cultura— el ballet folclórico ha sido un recurso para el rescate de la danza local luego de casi dos siglos de estar prohibida por los misioneros cristianos que llegaron a las islas del triángulo polinesio a finales del siglo XVIII. Escuelas y compañías de danza polinesias han proliferado con esta apuesta al punto de celebrar festivales y competencias de danzas tradicionales.
Puede que el ballet, en realidad, no sea la base de todas las danzas. Pero gracias a las variantes nacionales que se han creado, encontramos más escenarios para la divulgación del patrimonio inmaterial, la innovación y la enseñanza a generaciones más jóvenes.
Por: Elsa Garzón