Quemas, tala de árboles, contaminación por basuras y agroquímicos o aguas negras; mal manejo en el uso de los suelos y construcción de edificaciones en zonas de ladera han disminuido la vegetación y aumentado la desertificación.
Crear una consciencia ecológica sobre el cuidado del agua ha sido un tema importante en la programación de la televisión pública, esto se puede apreciar en este documento de 1991, donde, el entonces Fondo de Desarrollo Rural Integrado (DRI) de Colombia presentaba como casos de éxito la recuperación de zonas hídricas en el municipio de Salamina (Caldas), en el programa de televisión “Renacer Ecológico” que hacía énfasis la idea de actuar con responsabilidad en beneficio de las generaciones futuras y que se conserva en el Archivo Señal Memoria.
(1991). Renacer ecológico. Colombia: Fondo de Desarrollo Rural Integrado. Archivo Señal Memoria.
La ubicación geográfica y las condiciones fisiográficas de Colombia hacen que aquí exista una abundancia hídrica ‘muy superior’ a la del conjunto de países de latinoamérica y ‘alta’ en comparación con otros lugares del mundo. Las precipitaciones anuales permiten que las temporadas de lluvias sean muy generosas en las grandes vertientes hidrográficas que son Caribe, Orinoco, Amazonas, Pacífico y Catatumbo. Y también es notoria la disponibilidad de aguas subterráneas.
En contraste, la mitad del territorio nacional tiene algún nivel de erosión y por mal uso de los suelos o por factores naturales como el cambio climático, más de 55 millones de hectáreas están en riesgo.
En 2016 los organismos multilaterales registraron 660 millones de personas que no tenían acceso al agua potable y 50 millones de estas vivían en América Latina.
Aunque se han llevado a cabo programas de protección para conservar o reconstruir el ámbito natural en las microcuencas y nacimientos de agua, con el paso del tiempo se vienen sumando otros problemas como el procesamiento de la coca, la minería ilegal, el mal manejo de aguas residuales o, en ciudades como Bogotá, la producción de curtiembres que agrega cromo en altas cantidades al recurso hídrico.
El río Bogotá, que ha sido calificado como “la más grande alcantarilla abierta del país”, y los ríos Cauca, Medellín o Chicamocha muestran el estado de un problema al que no se le ha prestado la suficiente atención y que es la causa del mayor deterioro de las 46 microcuencas consideradas principales en el territorio nacional.