La literatura rusa, especialmente la que corresponde al siglo XIX y XX, generó una relación de simbiosis, si así podemos llamarla, con las distintas escuelas literarias y filosóficas europeas, que a su vez fueron un marco teórico y creativo para los movimientos literarios colombianos de ese momento. En el caso de Fiódor Dostoyevski, se le considera el máximo representante del realismo psicológico, que impactó la forma de pensar y desarrollar los personajes y las tramas en la ficción. En Colombia, su influencia es latente en los centros culturales de la capital bogotana y en los debates literarios y artísticos, que sostuvieron escritores e intelectuales como Jorge Zalamea Borda, Baldomero Sanín Cano, Alberto Lleras Camargo, Alfonso López Michelsen, León de Greiff, entre otros.
Dostoyevski nació el 11 de noviembre de 1821, en una decadente Rusia zarista. La época de nobleza y los poderosos latifundios quedaron atrás para dar paso a la clase burguesa, una primitiva industrialización y la conformación de centros urbanos como Moscú o San Petersburgo. Su niñez estuvo marcada por la severidad de su padre y el amor de su madre. Ella fue quien le inculcó el gusto por la lectura y un profundo compromiso religioso. Además, desde su época como estudiante, sufrió de ataques epilépticos, que lo llevarían finalmente a la muerte. Establecer este contexto es importante porque gran parte de sus obras son un reflejo y una reflexión de los problemas, exteriores e interiores, que lo persiguieron en vida. Él mismo veía a sus textos como una respuesta a la emergente sociedad burguesa y como un espacio para pensar su posición en el mundo.
El gran aporte de Rusia al movimiento literario realista, que tenía como objetivo retratar con la mayor fidelidad al mundo, lo hizo Dostoyevski. Sus personajes, más que actuar, desarrollan una profunda caracterización interna, su psicología queda a la vista del lector. Prima sobre el progreso exterior de la trama, el interior, que incluye los sentimientos, las pasiones, las preocupaciones. Por lo mismo, a su literatura se le atribuye un amplio componente filosófico y espiritual. Fue el autor de cabecera de grandes escritores como el francés Albert Camus o el colombiano Jorge Zalamea Borda. Prueba de ello es que, durante el sepelio de Zalamea en 1969, Rafael Maya afirmó que su escritor favorito era Dostoyevski.
La escena cultural bogotana se acercó a la literatura rusa gracias a intelectuales como Baldomero Sanín Cano, Alberto Lleras Camargo, Alfonso López Michelsen y León de Greiff, quienes fundaron en 1944 el Instituto de Intercambio cultural Colombo-Soviético, hoy llamado Instituto Cultural León Tolstoi. Ubicado en el barrio La Candelaria, en Bogotá, este centro cultural buscó promover la lectura y crítica de obras literarias y teatrales rusas. En el capítulo 53 del magazín Escenario de 1999, conservado en el Archivo Señal Memoria, Jairo Soto recorre sus instalaciones y su director, Alfonso Cuellar, explica los orígenes del Instituto y su importancia.
Soto Junca, Jairo (director). (1999). Escenarios [Magazín]. Colombia: Televisión educativa y cultural de Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30 011532.
Junto a Jairo Soto, en el magazín, es posible, también, entender la importancia de Dostoyevski y sus contemporáneos, como el mismo Tolstoi o Chéjov, en el desarrollo del llamado realismo socialista soviético. En este fragmento del mismo capítulo, Soto explica en qué consistió este movimiento de apropiación masiva y cuáles son las estrategias y actividades usadas por el Instituto para dar a conocer su riqueza literaria y artística.
Soto Junca, Jairo (director). (1999). Escenarios [Magazín]. Colombia: Televisión educativa y cultural de Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30 011532.
Hay un consenso general en que las cuatro obras maestras de Dostoyevski son las novelas Crimen y castigo (1866), El idiota (1869), Los hermanos Karamázov y Los demonios (1872). Esta última, fue adaptada y presentada en el año 1997, sobre el escenario de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, por el grupo Teatro Tierra. En la novela se narra como una fuerza “demoníaca” ha tomado una ciudad y la ha envuelto en el más completo caos, esto para criticar el nihilismo político y moral al que Dostoyevski se oponía.
En el capítulo 34, del magazín Escenario, Jairo Soto visita la Fundación y entrevista a los actores y directores de la obra, que expresan sus ideas sobre Fiódor Dostoyevski y atribuyen su genialidad literaria a todos los desafortunados eventos de su vida, que incluyen el padecimiento de una terrible enfermedad, la adicción al juego y el rechazo del padre. En este fragmento podemos ver una parte de la primera escena de la obra teatral y juzgar por nosotros mismos el nivel de dramatismo y oscuridad de la obra del gran escritor ruso.
Soto Junca, Jairo (director). (1997). Escenarios [Magazín]. Colombia: Televisión educativa y cultural de Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30 017594
Autora: Laura Sepulveda