El Siete Colores, Juanito Moreno y el Siete Vidas fueron algunos de los nombres con los que se conoció a Efraín González, uno de aquellos bandoleros que se iniciaron como asaltantes que les robaban a los ricos para darles a los pobres. Poco a poco, González se convirtió en un avezado asesino de liberales. Aún en la memoria de muchos colombianos, resuena el eco de las miles de balas que 1200 soldados dispararon para vencer al que parecía ser inmortal. Su facilidad para ocultarse, escapar y confundirse con el paisaje lo hizo invencible e invisible por muchos años.
Pese a haber sido tan escurridizo, se tienen noticias ciertas de su vida gracias a su biógrafo, Pedro Claver Téllez. González fue santandereano, conservador y devoto de la vírgen de Chiquinquirá. Hay infinidad de historias que demuestran su audacia militar, por ejemplo, se sabe que en Puente Nacional planeó una de sus matanzas de la siguiente manera: buscó a un patriarca liberal para asesinarlo, previendo que los más prestantes liberales de la región asistirían a su velación; una vez que comenzó el velorio, González quemó una casa cercana para que los presentes salieran a ver qué pasaba. Y así ocurrió: al momento de salir, los hombres de González, apostados a lado y lado de la calle, abrieron fuego y mataron a una gran cantidad de liberales. Este hecho se recuerda como la masacre de Cantarrana.
Poco a poco, este generoso “Robin Hood” se convirtió en una amenaza, incluso para sus copartidarios conservadores. Es por ello que, tras muchos intentos fallidos, se hicieron planes para darle el golpe de gracia. Corría el año 1965 y gobernaba el país Guillermo León Valencia. Teniendo conocimiento de su paso por Bogotá, el coronel José Joaquín Matallana (ya conocido en ese entonces por sus bombardeos de Marquetalia, El Pato y Riochiquito) preparó un operativo. Pero este resultó menos efectivo de lo esperado. Por varias horas resistió Gonzalez, huyendo por techos, ocultándose en patios, trepando paredes. El final del libro de Pedro Claver Téllez sobre el bandolero es elocuente: “De aquel intenso combate los militares pusieron en su casa trinchera una placa que decía: Aquí peleó durante 4 horas un cobarde criminal contra 1200 valerosos soldados de la patria”… y agrega Pedro Claver, “alguien escribió abajo, a lápiz: y casi se les va”.
En la Fonoteca de Señal Memoria, con el código CD008549, se encuentra el discurso que Guillermo León Valencia pronunció a los pocos días de aquel impresionante y desigual combate.
Carlos Efraín González Téllez