En Número 23, la película dirigida por Joel Schumacher y que fue publicada en 2007, se explora el enigma del 23, que plantea que distintos eventos y personas están conectados con este número. Cada célula en el cuerpo cuenta con 23 pares de cromosomas. Fueron 23 puñaladas las que recibió Julio César. De este fenómeno también habló el escritor de la generación Beat, William S. Burroughs. El 23 era el número del legendario Michael Jordan. En Colombia, el goleador Léider Preciado llevaba ese número en la camiseta. Reflexionamos sobre esto a propósito de la llegada del 2023.
Número 23 es una película de 2007 dirigida por Joel Schumacher y protagonizada por Jim Carrey. La trama es así: Walter Sparrow es un oficial de control animal que se obsesiona con un libro misterioso que parece estar basado en su vida. Apenas abre el libro, se da cuenta de un paralelismo extraño entre lo que lee y lo que ha vivido. Entonces, le preocupa que un asesinato ficticio se pueda materializar. Todo el misterio gira en torno al número 23 y a un supuesto enigma que plantea que distintos eventos y personas están conectados con él. Además, es la vigésimotercer película de Shumacher.
Veamos a Jim Carrey en el programa Zoom!, hace 22 años, cuando anunció que no se iba a casar con Renée Zellweger.
Ramos, Bertha (2000). Zoom! [Los amores prohibidos]. Bogotá: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30-039815.
Estamos empezando el 2023, por lo que estos días de inicios de enero son el momento perfecto para volver al enigma y explorarlo. Cada célula en el cuerpo cuenta con 23 pares de cromosomas. Para que la sangre recorra todo el cuerpo y vuelva a su núcleo pasan 23 segundos. Fueron 23 puñaladas las que recibió Julio César: ¿También tú, Bruto? Y en el alfabeto romano hay 23 letras. Según los mayas, el fin del mundo iba a llegar el 23 de diciembre de 2012. Finalmente, las siguientes fechas dan como resultado 23 si se suman sus partes: el asesinato de John Kenedy el 22 de noviembre de 1963 (2+2+1+9+6+3=23), la bomba atómica de Hiroshima el 6 de agosto de 1945 (6+8+4+5=23), los atentados del 11 de septiembre de 2001 (11+9+2+0+0+1=23), el naufragio del Titanic (1+5+4+1+9+1+2=23) y la muerte de William Shakespeare el 23 de abril de 1616 (2+3+4+1+6+1+6=23).
En su artículo “El fenómeno 23”, Robert A. Wilson escribió que la primera vez que escuchó sobre este fenómeno fue cuando William Burroughs, ícono de la generación Beat, le contó una historia. En 1960, en Tánger, Burroughs conoció al Capitán Clark, quien estuvo al frente de un barco durante 23 años. Se despidieron y ese mismo día el barco naufragó: murieron Clark y todos los pasajeros. Poco después de conocer la noticia Burroughs escuchó en la radio una noticia según la cual un vuelo de Nueva York a Miami se había estrellado. El apellido del piloto era Clark. El vuelo era el 23.
Al igual que con los agüeros alrededor del número 13, en particular su combinación con un martes o un viernes, no hay ninguna evidencia científica que distinga al 23 del resto de números. La explicación más sencilla es que si queremos encontrar coincidencias con el 54, el 9 o el 38, las vamos a encontrar. En cristiano: no hay nada especial respecto al 23 más allá de una película que lo destaca y el relato de un escritor peculiar que eleva como pruebas acontecimientos de serendipia. Eso sí, no se puede negar que la triscaidecafobia tiene efectos reales en las vidas de las personas y en la sociedad, de la misma manera en que no pasamos por debajo de una escalera o nos cuidamos de no derramar sal o romper un espejo. En todo caso, no estamos ni en el 2054, ni en el 2009 ni en el 2038: estamos en el 2023, entonces sigamos con nuestra pesquisa.
Si escuchamos la numerología, nos encontramos con que el 2 simboliza el trabajo en equipo, las responsabilidades y la espiritualidad, mientras que el 3 representa el desarrollo, la imaginación y la esperanza. El 23, como conjunto de ambos números, se asocia con cualidades de expresión y magnetismo, pero también con la contradicción.
Michael Jordan es ampliamente conocido como el más grande de todos los tiempos cuando hablamos de baloncesto. Llevaba el 23 en la espalda: esa camiseta roja de los Chicago Bulls necesariamente tiene aquel número en su forma más icónica. Si Jordan tiene un rival que lo puede alcanzar en la cima es LeBron James, que durante buena parte de su carrera también ha usado el 23 en su pecho y espalda; no es el único, alrededor del mundo miles de jugadores de baloncesto han perseguido ese número para hacer parte de un linaje selecto de anotadores. Lo interesante es que Jordan usaba el 45 al igual que su hermano mayor, Larry. Cuando compartieron equipo, Michael tuvo que ceder y eligió la mitad: así llegó al número 23, con el que dominó la NBA para conquistar seis anillos durante los años 90. Acá tenemos una muestra de una ocasión en la que Jordan volvió al 45, cuando regresó a la NBA luego de jugar beisbol por un tiempo.
Programar Televisión (1995). Noticiero de las siete N7 [Noticias internacionales de deporte: victoria del equipo de Michael Jordan en la NBA, semifinales de la Eurocopa]. Estados Unidos: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60-063982.
Antes de acabar, tenemos que señalar a un ícono del número 23 en el fútbol colombiano: Léider Calimenio Preciado, el temido goleador de Tumaco, Nariño, que con la camiseta de Santa Fe reventó cientos de arcos en el fútbol profesional colombiano. Antes de que Colombia volviera al Mundial en 2014, el último gol de la tricolor en la máxima competencia de este deporte había sido firmado precisamente por Preciado: fue un pase del Pibe y anotación de Léider, para derrotar a Túnez en Francia 1998. Acá tenemos un fragmento de la conversación entre Léider Preciado y William Vinasco en el programa Goles y emociones.
Vinasco Ch, William (1998). Goles y emociones [Léider Preciado]. Bogotá: Inravisión - Señal Colombia. Archivo Señal Memoria, BTCX30 008285.
Autor: Santiago Cembrano
