Durante su gobierno, el general Rojas Pinilla se propuso construir obras de infraestructura que mejorarían la calidad de vida de los colombianos. En distintas ciudades se levantaron escuelas y se trazaron largas vías. En la memoria de quienes alcanzaron a vivir aquella época de la república, asoma siempre alguna carretera, un hospital, un estadio o algún conjunto de viviendas.
A pesar de los altibajos que se vivieron durante el gobierno militar, las obras parecían imparables. Para el año 1956, en el ocaso del mandato del general, ocurrió un hecho que dejó estragos de grandes proporciones: la explosión de varios camiones cargados con dinamita destinada a obras civiles, que iban de Buenaventura a Bogotá. En una parada técnica en Cali, los camiones fueron estacionados en inmediaciones del Batallón Codazzi. Por causa desconocida la dinamita estalló y provocó la destrucción de gran parte de la ciudad dejando un número de muertos superior a mil. El cementerio, varias industrias y cientos de casas quedaron en ruinas. Apenas ocurrió el hecho surgieron las hipótesis: para algunos, se trató de un atentado terrorista contra el gobierno de Rojas, en una fecha patria (7 de agosto); para otros, fue resultado de un costoso descuido humano.
Tras la tragedia, se decretó el estado de emergencia y con el concurso de la Secretaría Nacional de Asistencia Social -Sendas-, se distribuyeron algunas ayudas. Sin embargo, Cali tardó tiempo en reconstruirse y el impacto dejó secuelas materiales y anímicas. De aquel entonces se conservan en la fonoteca las voces de funcionarios públicos que dieron cuenta de las dimensiones del desastre y de las medidas que se tomaron. Bajo los códigos CD008264 y CD008778, se conservan en la Fonoteca las voces registradas en 1956.
Ana Maria Lara Sallenave
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