La paz con las guerrillas liberales, 70 años después | Señal Memoria

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Publicado el Mar, 19/09/2023 - 17:00
La paz con las guerrillas liberales, setenta años después.

El 15 de septiembre de 1953 el general Rojas Pinilla, inició el proceso de paz con las guerrillas liberales encabezadas por Guadalupe Salcedo para mitigar la violencia bipartidista agudizada luego de la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. No obstante, el proceso de paz no tuvo los resultados esperados, debido a que, el líder guerrillero falleció en extrañas circunstancias en Bogotá.


Bipartidismo y violencia

Luego de la Guerra de los Mil Días la lucha entre liberales y conservadores fue una constante en el contexto político del país. La llegada de López Pumarejo en 1934 con la “Revolución en Marcha” inició un proceso de reconocimiento de derechos de los campesinos incluyendo el  acceso a la tierra y a los servicios del Estado, reformas que buscó reforzar en su segundo mandato entre 1942 y 1945. Sin embargo, este proceso se vio truncado por la concentración de la tierra en latifundios, la desigualdad social y económica entre los habitantes de las nacientes urbes y la diáspora rural, y la inexistencia del Estado en los denominados territorios nacionales.

A lo anterior, se sumó la radical lucha por el poder político entre las élites partidistas, los conservadores aprovecharon la división liberal creada por la renuncia de López Pumarejo en 1945, para que Mariano Ospina Pérez asumiera la presidencia venciendo a Gabriel Turbay y a Jorge Eliécer Gaitán. Sin embargo, la muerte de Gaitán el 9 de abril de 1948, detonó una espiral de violencia que inició en Bogotá y se diseminó por todo el territorio nacional.

La confrontación entre liberales y conservadores, creó  bandos armados de ambos lados, por un lado, las guerrillas liberales ubicadas principalmente en los Llanos Orientales, el sur del Tolima y el norte de Antioquia reivindicaron el acceso a la tierra y la garantía de derechos fundamentales. Por otro lado, los conservadores con intenciones de mantenerse en el poder y apoyados en algunos estamentos de las fuerzas militares, crearon grupos armados en Boyacá,  Santander, Cauca, Valle del Cauca, el eje cafetero y el sur de Antioquia, denominados chulavitas y pájaros con el fin de contener a las guerrillas liberales y evitar su llegada a las ciudades capitales.

A propósito de ello, en el programa Biografías: Las dos caras de la moneda: Guadalupe Salcedo y Efraín González se aborda el surgimiento de las guerrillas liberales de mediados del siglo XX:

 

Urrea, Susana. (productora). Biografías: Las dos caras de la moneda: Guadalupe Salcedo y Efrain González. Bogotá: Canal Institucional. Archivo Señal Memoria, BTCX60-051703.

 

Guadalupe Salcedo el líder de las guerrillas liberales.

Las guerrillas liberales de los Llanos no eran bandoleros como los denominaron los oficialistas conservadores, ni expertos estrategas como en algún momento mencionaron algunos militares; eran campesinos de caballo y sombrero, conocedores de los oficios del campo y conocedores del manejo de los azadones para labrar la tierra no de las armas propias de la guerra. Sin embargo, la férrea defensa de sus convicciones, el conocimiento de su territorio y su sagacidad para entender la confrontación, los llevaron a dar certeros golpes a las fuerzas militares, pájaros y chulavitas para apoderarse de  esta región.

Guadalupe Salcedo, llanero nacido en la zona rural de Tame-Arauca, experto en faenas ganaderas, oficio que aprendió desde muy joven, se convirtió en el principal líder y símbolo de las guerrillas liberales. Salcedo se destacó por su inteligencia en el desarrollo de emboscadas y ataques a guarniciones militares, que cobraron la vida de cientos de soldados enviados a contenerlos. 

De estas incursiones se destacan, en primer lugar, la del aeropuerto de Trinidad-Casanare (donde se dice que empezó la historia de estas guerrillas) con una granada lanzada a la estación de policía que dejó 21 uniformados muertos por obligar a una requisa a quienes llegaban al municipio. En segundo lugar, el ataque del aeropuerto de Orocué-Casanare en el que  fallecieron 15 soldados y, por último, la emboscada en El Turpial-Puerto López-Meta en donde fueron asesinados 98 soldados. 

El reconocimiento adquirido por Salcedo en la región y ante la necesidad de organizar sus tropas, expidió las leyes del Llano. En la primera ley promulgada el 11 de septiembre de 1952, se autodenominaron una fuerza popular que controlaba la región llanera, que se levantó en armas para reclamar justicia y libertad debido a la exclusión política, social y económica derivada del centralismo político. Mientras que en la segunda ley promulgada en junio de 1953, se buscó organizar el proceso revolucionario gestado en esta parte del país, contando con la participación de los miembros de la guerrilla y dirigentes veredales, lo que evidenció un ejercicio altamente democrático. 

La promulgación de las leyes del Llano, estableció el proyecto político de las guerrillas de esta zona del país, el cual era opuesto al que buscaban implantar los líderes conservadores desde Bogotá, en cabeza de Laureano Gómez presidente en ese momento. Así mismo, algunos líderes liberales consideraron la insurrección llanera como contraproducente para los intereses económicos de algunos financiadores del partido político. Este malestar compartido por las élites de ambos partidos creó la necesidad de contener la consolidación del movimiento de resistencia civil y su posible expansión en otras zonas del país.

Paralelo al fortalecimiento de las guerrillas liberales en los Llanos, el general Rojas Pinilla tomó el poder con la intención de mitigar y erradicar la violencia partidista desatada desde 1948. Para cumplir este objetivo, Rojas decidió avanzar en los procesos de negociación con los grupos levantados en armas, acudió al expresidente López Pumarejo para establecer una comisión negociadora con los líderes de los guerrilleros, a pesar de que este primer intento no creó un acuerdo formal, si facilitó la comunicación entre el gobierno nacional y los líderes llaneros que decidieron entregar las armas en septiembre de 1953.

La ceremonia de entrega de armas fue presentada a los colombianos a través del noticiero cinematográfico Colombia al día, recuperado en el programa Teleayer emitido en 1991, que muestra al general Alfredo Duarte Blum recibiendo las armas de los líderes guerrilleros, entre ellos, Guadalupe Salcedo, como se presenta a continuación en este fragmento audiovisual:

 

Millán, Hugo Ernesto y Escobar, Jairo (realizadores). (1991). Teleayer: Llanos Orientales. Bogotá: Instituto Nacional de Radio y Televisión - Inravisión. Archivo Señal Memoria. UMT-206105.

 

Engaños a la paz

Luego de la entrega de las armas por parte de la guerrilla en Monterrey-Casanare en septiembre de 1953, el movimiento insurgente se disolvió, los campesinos regresaron a sus veredas y algunos de los líderes asumieron la vocería con el gobierno nacional para avanzar en el proceso de inclusión política, que había sido la génesis de la resistencia civil de los Llanos.

Para 1957, entre el ocaso de la dictadura militar de Rojas Pinilla y el inicio del Frente Nacional, los territorios nacionales seguían abandonados por las élites políticas. Este clima trajo a Guadalupe Salcedo a la capital para avanzar en el proceso de reconocimiento de los derechos de los ciudadanos llaneros. Sin embargo, Salcedo fue asesinado en confusos hechos por miembros de la Policía Nacional en el centro de Bogotá, hecho que puso fin al proceso de paz realizado con las guerrillas liberales de los Llanos.

Una síntesis del proceso de resistencia civil llanero, el recuerdo de Guadalupe Salcedo y los resultados del proceso de paz, fueron relatados por Pedro Flórez en el siguiente fragmento de la serie Yurupari restaurada por Señal Memoria: 

 

Triana Varón, Gloria. (directora). (1986). Yuruparí: 1983-1987. Pedro Flórez: llanero, músico y exguerrillero - Parte II. Maní-Casanare: Audiovisuales; FOCINE. Archivo Señal Memoria, C1P-242889.

 

Se puede concluir que este proceso adelantado con las guerrillas liberales de los Llanos refleja las dificultades que han tenido los acercamientos entre los gobiernos nacionales y los grupos armados desde mediados del siglo XX, caracterizados por la desconfianza, la incapacidad del Estado para implementar y cumplir los acuerdos, y el asesinato sistemático de los líderes de los grupos armados, hacen que la violencia en Colombia perviva setenta años después.

 


Autor: Iván Dario Romero

 

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Fecha de publicación original Mar, 19/09/2023 - 17:00