Laureano Gómez, señaló varios puntos en el territorio nacional que, según su opinión, representaban una amenaza ya que eran “repúblicas independientes” que escapaban al control del Estado colombiano. Poco a poco, ese concepto acuñado por el senador Gómez fue tomando fuerza y, en 1964, el gobierno del entonces presidente conservador Guillermo León Valencia decidió a adelantar un operativo para recuperar los territorios por la fuerza. Aquello se conoció como la “operación Marquetalia”, y consistió en un despliegue militar que desalojó a los llamados “bandoleros” de zonas como Marquetalia (corregimiento de Gaitania, en el municipio de Planadas, Tolima), Riochiquito (Cauca), El Pato (Huila) y Guayabero (Guaviare).
En el año 1961, en el Congreso de la República, el entonces senador Álvaro Gómez Hurtado, hijo del expresidenteAquellos bandoleros eran, en su mayoría, campesinos que venían de fracasados procesos de amnistía, como los promovidos por el general Rojas Pinilla. En un contexto de guerra fría y de miedo al comunismo, el Estado interpretó la organización campesina en torno a propiedades colectivas como una amenaza al monopolio de la fuerza y como una alineación con el comunismo.
La operación, comandada por el general José Joaquín Matallana no fue exitosa y, por el contrario, a pesar del gran número de bajas de campesinos, cientos de ellos lograron escapar y organizarse bajo la dirección de Pedro Antonio Marín, quien sería conocido con alias el de Manuel Marulanda Vélez. Desde ese momento, se agruparon en guerrillas móviles. El resultado de la operación surtió, entonces, un efecto inesperado del que aún hoy se viven importantes secuelas.