Las voces de los políticos, las costumbres regionales, las situaciones familiares eran el principal recurso para hacer estallar de risa. El humor fino, el humor negro, el sarcasmo y la sorpresa podían encontrarse en cualquier punto del dial. Al igual que los locutores famosos, los humoristas cautivaban puntualmente a la audiencia y contaban con fama y respeto.
Tocayo Cebayos en la Voz de la Víctor; Guillermo Zuluaga “Montecristo”, desde la voz de Antioquia, Hebert Castro “el coloso del humorismo”, desde Caracol, los Tolimenses crearon personajes y situaciones para emitir en vivo desde los radioteatros de las emisoras. Así mismo, dramatizados como La escuelita de Doña Rita, El tremendo juez y la tremenda corte ocuparon primer lugar en sintonía. Por su parte el humor ácido y varias veces censurado de Humberto Martínez Salcedo y Néstor Alvarez Segura en radio Santafé pasó a la historia porque no estaba hecho tanto para hacer reír como para arder. Era ese humor inteligente, pero de coyuntura, que es el de la sátira política: algo así como el equivalente a las caricaturas en los periódicos, que a veces, más que buscar nuestra sonrisa, busca nuestra indignación.
Para pocos es fácil hacer reír. La risa es la expresión de la sorpresa. Y el humor esa facultad de provocarla. Los programas de humor persisten en la radio colombiana. Quienes hoy hacen humor conservan recursos como la imitación y la crítica política. Otros acuden al fácil y pobre recurso de lo vulgar , regulado hasta hace unos años con principios como este “La radiodifusión privada se basa en la libre empresa, en los sistemas de libre y leal competencia, en la iniciativa particular y en la libertad para el ejercicio legitimo de sus actividades, su función es la de ofrecer a los pueblos sano entretenimiento, información, orientación y cultura, con criterio de responsabilidad y buen gusto, la sujeción a las leyes y reglamentos que ordenan el ejercicio de sus actividades no relevan a los radiodifusores de vigilar y depurar sus programas, ni de reclamar y mantener celosamente el derecho de libre expresión y de iniciativa privada” (Asociación Interamericana de radiodifusión). Qué difícil es hacer reir.
Ésta es apenas una introducción en la que presentamos una homenaje a las voces de la radio. Ayúdenos a ampliar el universo de nombres de locutores y locutoras de la radio colombiana que están aquí. Escriba a senalmemoria@rtvc.gov.co