Lo que pasó el 6 y 7 de noviembre de 1985 en el Palacio de Justicia | Señal Memoria

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Publicado el Mar, 07/11/2023 - 09:15
El 6 y 7 de noviembre de 1985: todo está por contarse

Hoy se conmemoran 38 años de lo que se ha denominado como la toma y la retoma del Palacio de Justicia, un hecho que marcó la historia de Colombia en la segunda mitad del siglo XX. Conocer y recordar aún hoy lo que ocurrió el 6 y 7 de noviembre de 1985 es una obligación de las nuevas generaciones, esto en tanto como sociedad estamos llamados a conocer nuestra historia. Y sobre los hechos del Palacio de Justicia todo está por hacerse y por contarse


«Estos muertos están desinteresados del todo en los vivos: en quienes les han quitado la vida; en los testigos y en nosotros. ¿Por qué habrían de buscar nuestra mirada? ¿Qué podrían decirnos? «Nosotros» —y este «nosotros» es todo aquel que nunca ha vivido nada semejante a lo padecido por ellos— no entendemos. No nos cabe pensarlo. En verdad no podemos imaginar cómo fue aquello. No podemos imaginar lo espantosa, lo aterradora que es la guerra; y cómo se convierte en normalidad. No podemos entenderlo, no podemos imaginarlo. Es lo que cada soldado, cada periodista, cooperante y observador independiente que ha pasado tiempo bajo el fuego, y ha tenido la suerte de eludir la muerte que ha fulminado a otros a su lado, siente con terquedad. Y tiene razón…»

Susan Sontag

Ante el dolor de los demás.

 

La vehemencia de la impunidad

Sin duda, la impunidad y la injusticia que ha producido la violencia en Colombia nos convoca a superar un gran reto como país, y es conocer la verdad para garantizar la no repetición, para reconstruir el tejido social, es decir, conocer la verdad para permitirnos imaginar otros futuros posibles como colombianos. Comprender y estudiar los hechos sobre el Palacio de Justicia es también un acto de solidaridad, es una manera de acompañar a las víctimas, permitirles sentirse respaldadas, hacerles saber que su lucha vale la pena, precisamente porque esas acciones tienen un impacto colectivo en tanto nos permiten construir una sociedad mucho más fuerte democráticamente.

En el 2004 el periodista Jorge Cardona Alzate en un artículo en el diario El Espectador, nos recordaba algunos de los fallidos escenarios de investigación judicial sobre este caso, como por ejemplo: cuando se creó el Tribunal Especial una semana después para esclarecer lo sucedido, y que tras seis meses, concluyó que el único responsable había sido la guerrilla del M-19, que no había pruebas de alianzas entre el narcotráfico y esta guerrilla, y que el Presidente Betancur sí tenía la obligación de atender la llamada del Presidente de la Corte Suprema Alfonso Reyes Echandia. No obstante, este tribunal no tenía ningún poder sancionatorio y las cosas quedaron así. 

 

(1998). Noticiero de las Siete N7: 1983-2001. Alfredo Gutíerrez Márquez habla con familiares de los desaparecidos en atentados del Palacio de Justicia. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria,  UMT 217498 

 

La fuerza de la memoria

Las dos décadas posteriores a los hechos del Palacio de Justicia, fueron un periodo caracterizado por perseguir a la justicia en soledad, la mayoría de los familiares de las víctimas del Palacio de Justicia demandó a la Nación, pero sólo a partir de 1992, el Tribunal Administrativo de Cundinamarca empezó a darles la razón. Y en 1993 el Consejo de Estado reconoció la responsabilidad del Estado, no sólo por la desprotección de los magistrados ante las amenazas evidentes, sino por el desafortunado operativo militar de recuperación del Palacio de Justicia que produjo el trágico desenlace que hoy conocemos.

Gracias al papel de los familiares de las personas desaparecidas y al papel de abogados como Eduardo Umaña Mendoza, ─un admirable abogado comprometido con los derechos humanos─, durante estas dos décadas la búsqueda de justicia y verdad dio una importante batalla a pesar de la imperiosa impunidad y la negación de la existencia de personas desaparecidas. Sin embargo y de manera nefasta, en 1998 el abogado Eduardo Umaña fue asesinado en medio de sus investigaciones, otro golpe para las víctimas y para el país.

 

(1998). Noticiero de las Siete N7: Noticiero de las siete N7: Imágenes del velorio y entierro de Eduardo Umaña Mendoza. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60 064474.  

 

Díaz, Francisco Javier (director). (2001). Colombia al día. Desaparecidos, julio 19 de 2001. Colombia: Instituto Nacional de Radio y Televisión Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX60 050724

 

En el año 2000 la desaparición forzada fue tipificada como delito. Y bajo este escenario, los familiares obtuvieron un nuevo espacio para la justicia. En 2005 la fiscal Ángela Maria Buitrago asumió el caso de los familiares de personas desaparecidas, lo que trajo esperanza frente a la posibilidad de justicia y por tanto, una nueva etapa para la investigación de los hechos. 

Entre los años 2005 y 2007 la fiscalía encontró evidencias como audios de las comunicaciones durante las operaciones militares, informes oficiales, testimonios, videos, y objetos personales de las personas desaparecidas dentro de guarniciones militares. Todas estas fueron pruebas que se constituyeron como elementos suficientes para construir el caso y demostrar que los colombianos no conocíamos la historia completa de los hechos.

Como por ejemplo, que los magistrados de la Corte Suprema de Justicia y del Consejo del Estado  estaban en el ojo del huracán, pues no solo eran amenazados por actores del narcotráfico ─debido a las decisiones políticas sobre la extradición─, sino que además en ese momento la sección tercera del Consejo de Estado había iniciado importantes investigaciones contra las Fuerzas Armadas por la violacion de derechos humanos, ─un caso ejemplar de ello, fue la investigación sobre las torturas a la médica Olga López de Roldan─. Y en este punto, es evidente la importancia de investigar el caso del magistrado auxiliar Carlos Horacio Urán, que pertenecía a la sección tercera del Consejo, quien salió vivo del Palacio de Justicia ─como lo muestran los videos─, pero que fue ejecutado extrajudicialmente, y posterior a ello su cuerpo fue plantado dentro del edificio. Sin duda, durante estos años la fiscal Buitrago logró encontrar importantes pruebas, no obstante, un mes después de que ella empezó a llamar a indagatoria a los presuntos responsables, fue retirada súbitamente del caso.

La búsqueda incansable de los familiares no terminó allí, tras muchos años de intentos, el caso pudo ser llevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, y finalmente en 2014 la CIDH condenó al Estado colombiano por las desapariciones, torturas y asesinatos en los hechos del Palacio de Justicia.

El presente como apuesta

Recientemente algunas investigaciones y aportes al esclarecimiento de la verdad han permitido evidenciar que no podemos asumir los hechos del Palacio de Justicia como un capítulo cerrado de nuestra historia, todo lo contrario.

 

(1986). Noticiero de las Siete N7: Noticiero de las siete N7: Protesta contra el genocidio de la Toma del Palacio de Justicia. Colombia: Programar Televisión. Archivo Señal Memoria, UMT 217442 

 

Por ejemplo, el trabajo que realizó la agencia de investigación Arquitectura Forense, junto a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad en 2022, demostró que efectivamente hubo una infraestructura y logística de la desaparición forzada. O la desclasificación de algunos archivos militares respecto al Palacio de Justicia en 2023, en donde gracias al trabajo de la familia Uran Bidegain, se ha demostrado la participación de Estados Unidos en la denominada retoma del Palacio, poniendo en cuestión las acciones de las fuerzas de seguridad colombiana,  aportes que hoy evocan la siguiente pregunta: ¿cuánto más nos queda por conocer?

El 6 y 7 de noviembre de 1985 nos deja a los colombianos la necesidad de exaltar el respeto por los derechos humanos en la construcción de una democracia. La memoria de estos luctuosos hechos deberían lograr sacudirnos la idea del enemigo interno, esa idea que hemos interiorizado como sociedad y que como resultado nos ha dejado la desconfianza y la negación de un otro que piensa diferente. 

Los hechos del Palacio de Justicia cuestionan la idea de que todos los conflictos políticos merecen un tratamiento militar, y las memorias de estos trágicos hechos nos invitan a exaltar el diálogo y la negociación como maneras de tramitar nuestros conflictos como sociedad.  

 


Autora: Laura Vera Jaramillo

 

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Fecha de publicación original Mar, 07/11/2023 - 09:15