A propósito del Día Mundial del Patrimonio Audiovisual, Señal Memoria les enseña algunas nociones básicas sobre la conservación y preservación fotográfica.
Generalidades sobre el acervo fotográfico
Señal Memoria comprende aproximadamente 98.000 piezas fotográficas analógicas (composición química) y 300.000 imágenes fotográficas de origen digital (nativo digital), las cuales pasaron por un proceso de verificación, clasificación y un plan de organización del material. El contenido principal del archivo comprende las fotografías que documentan las producciones audiovisuales y los registros realizados detrás de escena de la televisión pública de Colombia. Imágenes fotográficas de personajes destacados o figuras públicas, incluidos: presidentes, políticos, actores, escritores, músicos, deportistas, entre otros. Por otro lado, también salvaguardamos todo el material fotográfico de la institución como los trabajadores, los eventos y el quehacer diario de la entidad.
La conservación aplicada en el archivo fotográfico comprende un conjunto de procedimientos que buscan salvaguardar el patrimonio fotográfico para evitar o retardar su deterioro y garantizar su permanencia. Cuidando así las condiciones ambientales, la forma adecuada de manejo y resguardo de las piezas fotográficas, llevando a cabo acciones preventivas y de restauración.
Diferencia entre conservación y preservación de fotografías
Conservar es un proceso para salvaguardar a largo plazo el patrimonio fotográfico, generando acciones preventivas para garantizar un mínimo grado de deterioro y un adecuado almacenamiento en bóvedas de conservación especializadas. La preservación, por tanto, contribuye al mantenimiento constante de los diferentes procesos, preparando las fotografías analógicas (registros fotográficos capturados con cámaras análogas) y las que provienen de nativo digital (imágenes fotográficas obtenidas de cámaras digitales) para los procesos posteriores de digitalización y restauración, tal y como afirma Boadas:
“Los grupos de documentos determinados a partir del estudio del orden y del contenido de las fotografías servirán para establecer las prioridades del plan de actuación. Si éste afecta a varios conjuntos, se deberá determinar si hay alguno de ellos que tenga prioridad sobre los demás y, a continuación, qué grupos de documentos dentro de cada conjunto es más urgente tratar para cubrir las necesidades de información de los usuarios del centro y cuya explotación tendrá, pues, un rendimiento mayor y más inmediato.”
Inicialmente, en la metodología aplicada al archivo fotográfico se realizó un proceso de verificación del estado de los soportes fotográficos (fotografía analógica), dando prioridad a las fotografías con mayor grado de deterioro. El nivel de deterioro que se asignó a las fotografías, consistió en tres grados: grado bajo, medio y alto. Las fotografías con grado de deterioro bajo, presentaban una baja alteración en cuanto a la integridad de las imágenes, sin roturas y desprendimiento de la emulsión fotográfica. Las fotografías con grado medio de deterioro tenían algunos daños como grietas en el papel, dobleces, rayones, sin gran alteración del contenido visual de las imágenes. Por último, se apartaron algunas fotografías, que evidenciaban un alto grado de deterioro, que podría además alterar la integridad de las otras. Estas piezas fotográficas presentaban un desprendimiento de la emulsión fotográfica en un 80 %, hongos y humedad tanto en el soporte primario (fotografía) como en el soporte secundario (contenedor, álbumes, retablos y marcos fotográficos).
A partir del proceso de verificación, se agruparon las fotografías en 4 categorías: producciones audiovisuales, personajes destacados, fotografías institucionales y otros. Posteriormente, se realizó la limpieza de los soportes físicos, la digitalización del material (escáner especializado de fotografía) y la reprografía (registro con cámara fotográfica digital), según el caso. Durante esta fase, se intervinieron las fotografías en espacios adecuados con control de temperatura, iluminación y monitoreo de la humedad relativa, teniendo en cuenta el tipo de formato y contenedor, haciendo uso de materiales y herramientas libres de ácido, 100 % algodón, pinceles antiestática e insumos que aseguran también, que estas piezas no puedan generar ningún riesgo para la salud del personal capacitado.
Verificación película fotográfica color de 35mm / Limpieza marco fotografía instantánea / Limpieza película fotográfica 3x3 blanco y negro.
Las imágenes fotográficas que en su origen son fruto de la era digital, tienen unas condiciones de conservación y preservación diferentes a los nativos analógicos, ya que estas fotografías por su naturaleza, presentan una vulnerabilidad distinta a los soportes físicos. De igual manera, estas fotografías hacen parte de la memoria de la institución y por tal motivo, se deben realizar acciones constantes, que nos garanticen la permanencia de estos soportes en el tiempo. Para este material, se implementó un proceso de codificación que da cuenta del inventario, ubicación, fecha de captura y contenido de las imágenes. Esto con el fin de dar acceso y luego proceder a masterizar en soportes físicos de conservación (Cinta Magnética LTO).
Cabe señalar que es importante contar con el personal especializado para el oficio del conservador. Además es indispensable contar con equipos, maquinaria, insumos y espacios adecuados, con bóvedas de conservación y control medio ambiental para la manipulación del material.
¿Qué entendemos cuando hablamos de fotografía análoga vs. fotografía digital?
En Señal Memoria tenemos fotografías análogas de la década de los 50 y finales del siglo XX, en los formatos de negativo de 35mm y 120mm (dimensión del fotograma), película reversible (diapositivas) de 35mm y 120mm. Y fotografías en papel fotográfico de diferentes dimensiones.
El formato de 35mm fue comercializado y estandarizado inicialmente por la marca Leica en el siglo XX (década de 1920) para sus dispositivos fotográficos. Este formato era versátil y su diseño compacto, permitía a los fotógrafos ampliar las posibilidades para documentar diferentes eventos históricos. Estos formatos poseen en la superficie un componente sensible a la luz (emulsión especial de haluros de plata), esta reacción química y fotosensible, permite capturar en los diferentes formatos analógicos las imágenes y posteriormente, realizar un proceso de revelado en un laboratorio fotográfico.
Por otro lado, existe un amplio grupo de fotografías capturadas por medio de cámaras digitales. Las primeras cámaras fotográficas comercializadas fueron Kodak en 1990, seguida de Canon, Nikon y Sony. En el caso del Archivo Señal Memoria, existe material desde finales de la década del año 2000 y actualmente se sigue produciendo y documentando institucionalmente en este tipo de dispositivos (modelo de cámara fotográfica de la marca Canon DSLR).
La era digital trajo un mundo de posibilidades tanto para fotógrafos profesionales como para el público en general y masificó las posibilidades de tomar fotografías con otro tipo de dispositivos. Las fotografías digitales hacen el proceso de captura muy diferente a la reacción química que vemos de las emulsiones fotográficas antiguas. Las cámaras fotográficas digitales tienen en su interior un respaldo fotográfico que simula la película fotosensible, estos sensores fotográficos capturan las ondas lumínicas por medio de píxeles. Los contenedores o formatos fotográficos que se obtienen de estas capturas son: calidad .JPG para el archivo en LQ (low quality/baja calidad) para visualización y calidad .TIF para el archivo HQ (high quality/alta calidad) de preservación.
Fotografía analógica (cristales de haluros de plata) y fotografía digital (pixeles).
La fragilidad que presentan tanto las imágenes con emulsión fotográfica como los nativos digitales son de diversa índole. Para el caso de las fotografías capturadas por medio de material fotosensible, la pérdida de la imagen se da a partir de malas prácticas de preservación o la ausencia de las mismas, como por ejemplo, imágenes almacenadas en lugares sin controles medioambientales, produciendo en las fotografías desprendimiento de la emulsión, o en otros casos, la presencia de materiales que generan deterioro, plagas y condiciones de humedad que producen hongos en las imágenes.
Mientras que la fragilidad de las fotografías digitales depende del adecuado estado de preservación de los archivos digitales, es importante salvaguardar en diferentes formatos, contenedores, con copias de respaldo y dispersión geográfica.
Digitalizar para preservar y dar acceso al acervo fotográfico
La digitalización es el proceso por el cual los formatos analógicos pasan de ser formatos físicos a digitales, lo que genera un mayor alcance y acceso al acervo fotográfico, al mismo tiempo que, salvaguarda las piezas de un futuro deterioro o de la manipulación física e inadecuada de los soportes. Es indispensable, disponer de un equipo especializado para hacer la captura digital, tanto escáneres y equipo fotográfico de captura, como software de digitalización de fotografías para tira de negativos y transparencias, marcos de diapositivas y cama plana para fotografías en papel hasta tamaño carta. Cuando este tamaño es superior a la cama plana del escáner, debemos hacer la digitalización con cámara digital profesional, a este proceso se le conoce como reprografía.
Así mismo, tanto el formato digital como el formato físico, se deben marcar con un código (signatura) de reconocimiento para cada fotografía. Por ejemplo: FPM 900655 (Y.P Chocó-Quibdó, Carroza la Casa de la Cultura, Foto Jorge Múnera, 1984, Audiovisuales). “FPM” corresponde a la abreviatura del formato: “Fotografía Papel Monocromo”, y la información entre paréntesis de las fotografías, se sustrae del soporte principal o soporte secundario físico.
Digitalización en escáner de negativo monocromo 35mm.
Desde la perspectiva de la preservación y de la gestión para el patrimonio fotográfico, se considera de vital importancia conservar el original, (el material en papel fotográfico y las películas fotográficas). Por ningún motivo se contempla el descarte de las piezas originales ya que conocemos de antemano cómo se conservan en el tiempo. La Cinta Magnética LTO es el soporte físico por excelencia para masterizar las fotografías digitalizadas tanto para el material de origen analógico como el material de origen digital con gran capacidad de almacenamiento de datos.
Restauración fotográfica por medios digitales
Las fotografías que fueron anteriormente clasificadas según su grado de deterioro y que así mismo, fueron priorizadas en la digitalización, pasan a la fase de restauración, en el caso de las fotografías conservadas por Señal Memoria, este proceso se realiza a través de medios digitales y con herramientas de edición con un software especializado (Adobe Photoshop) para la restauración digital, recreando la calidad inicial e integridad de las imágenes e intentando volver estas piezas a su estado original de reproducción.
Restauración digital antes y después.
Algunos de los criterios a tener en cuenta son: la corrección de color, contraste, eliminación de manchas, rayones, imperfecciones, fisuras, grietas, decoloración, daño bajo y medio por humedad. Para las fotografías con alto grado de deterioro y pérdida en gran medida de la imagen, ya sea por rotura, faltante en la imagen y desprendimiento de la emulsión fotográfica en zonas importantes, no se debe recrear información inexistente, para algunos casos de pérdida de imagen, no es posible introducir información no verídica. El oficio del restaurador para las imágenes fotográficas, no consiste en hacer procesos de edición o montaje, colorear imágenes monocromáticas, agregar objetos o personas, ya que esto alteraría las piezas en su integridad y respeto al original.
De acuerdo con la signatura empleada en la digitalización, se emplea la misma codificación del archivo digitalizado en las versiones restauradas, y solo se agrega la abreviatura “VR” al inicio de los códigos de las fotografías restauradas, esto señala que dicha fotografía fue restaurada por medios digitales. Por ejemplo: VR FPM 900655 (Y.P Chocó-Quibdó, Carroza la Casa de la Cultura, Foto Jorge Múnera, 1984, Audiovisuales). De lo que se obtienen versiones de calidad .TIF en alta resolución para preservación y calidad .JPG para las versiones restauradas de consulta.
Patrimonio fotográfico, aporte para la memoria como documento social
El valor de la fotografía como documento histórico, que ha sido objeto de investigación para diferentes disciplinas, es un aporte para la construcción de la memoria en la sociedad. Las fotografías derivadas de las producciones audiovisuales grabadas en estudio y en exteriores, el registro fotográfico detrás de escena, proyectos de fotografía documental como la serie Yuruparí emitida entre los años 1983 y 1986, personajes destacados y figuras públicas, las fotografías de la vida institucional de la entidad (Inravisión y RTVC) y un número significativo de fotografías de diverso contenido, hacen de este acervo fotográfico un gran aporte como documento social, que brinda a la comunidad un archivo de consulta para la ciudadanía en general; como recurso en procesos de investigación e insumo para nuevas producciones.
“Ese segundo elemento que viene a perturbar el studium lo llamaré punctum; pues punctum es también: pinchazo, agujerito, pequeña mancha, pequeño corte, y también casualidad. El punctum de una foto es ese azar que en ella me despunta (pero que también me lastima, me punza).”
De acuerdo con Barthes, las fotografías son activadores de memoria, huellas de una era analógica y digital de la imagen fotográfica, registros pasados que podemos traer a la actualidad. Cada vez que miramos una imagen, eso que nos “punza” y activa ya sea por un recuerdo o por indagar espacios de tiempo no vivenciados. De esta manera, el acervo fotográfico hace un aporte para la conservación y la salvaguarda de estos objetos bidimensionales que dan cuenta del desarrollo de una sociedad a través del tiempo.
Fotografía en papel con alto grado de deterioro y desprendimiento de la emulsión fotográfica.
Este archivo busca además, generar conciencia sobre la importancia de los procesos antiguos fotográficos, las formas de registro de la época y los futuros dispositivos con que se realizará la documentación fotográfica. Es fundamental dar acceso a los acervos, tener un mayor alcance, difundir lo que como archivo patrimonial podemos brindar a la sociedad y a la memoria colectiva como un aporte histórico.
En suma, la era digital supone, a su vez, nuevos retos para la conservación y la gestión de los archivos fotográficos. Imágenes con mayor capacidad de resolución, la posibilidad de registrar en poco tiempo una mayor cantidad de imágenes, nuevos criterios de selección y necesidades más grandes de almacenamiento.
Por: Laura N. Vega L.