Los santos, los muertos y cómo los recordamos | Señal Memoria

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Publicado el Lun, 01/11/2021 - 09:00
Los santos, los muertos y cómo los recordamos

El Día de Todos los Santos (1 de noviembre) es una festividad católica que homenajea a los santos que superaron el purgatorio y descansan con Dios e incluye a los oficiales y no oficiales. Es una ocasión para recordarlos con misas, banquetes y varias ceremonias. El 2 de noviembre es el Día de Muertos: en la fecha se abre la frontera entre el mundo físico y el espiritual, los muertos pueden “visitar” a sus familias. Ambas fechas marcan formas distintas de relacionarse con el más allá y los antepasados.

En el purgatorio, las almas esperan la purificación para entrar en el reino de los cielos. No todas gozan de la vida eterna junto a Dios. Así, el 1 de noviembre, el Día de Todos los Santos es una festividad católica que homenajea a todos los santos que hacen ese tránsito con éxito: se santifican totalmente, superan el purgatorio y disfrutan de la eterna bienaventuranza. 

En un principio, esta solía ser una fecha exclusiva de un mártir. Esto cambió en el siglo IV, tras la llegada de Diocleciano al poder en Roma y su persecución de cristianos. Tantos fieles murieron a manos del ejército romano que la Iglesia decidió ampliar la festividad para que los abrazara a todos. Así llegó el Día de Todos los Santos. Ya se celebraba desde antes, pero en el año 731 el Papa Gregorio III, en la Basílica de San Pedro, lo estableció oficialmente. 

Hay miles de santos oficiales, que han sido canonizados por la Iglesia. Y son muchos más los que no han sido canonizados, pero siguieron su camino y ahora están con Dios. Esa es la importancia de esta fecha, la inclusión de todos ellos. Es un gesto de reconocimiento de la Iglesia con los santos no oficiales, menos recordados, y su compromiso con Dios. Colombia tiene una santa (la Madre Laura) y once beatos, que están a un paso de la canonización. 

En 2002, en un episodio de Colombia fin de siglo, Patricia Jaramillo exploró la tradición religiosa colombiana, que sale a relucir en esta fecha, y cómo se materializa en estatuillas y figuras. 

 

Jaramillo, Patricia (2000). Colombia fin de siglo [Tradición religiosa].Colombia: Inravisión. Archivo Señal Memoria, BTCX30 010616. 

 

A partir de su establecimiento, este día, y la forma de honrar a los santos, ha cambiado en las distintas regiones del mundo en los casi 1.500 años que han pasado desde entonces. En España, se presenta en los teatros “Don Juan Tenorio”, de José Zorrilla; en Filipinas, hay banquetes en los cementerios; y en América Latina, se suele visitar las tumbas de los antepasados, incluso con máscaras y cintas de colores, como en México. Todo esto, claro, además de múltiples misas.  Así se recuerda tanto a los santos como a los antepasados o a los familiares que han partido.

 

El 2 de noviembre, es la Conmemoración de los fieles difuntos, o Día de Muertos.

El día siguiente, el 2 de noviembre, es la Conmemoración de los fieles difuntos, o Día de Muertos. Es una ocasión para recordar y honrar a los muertos, a los que cada familia recuerda. Y, aunque se extiende por América Latina, es una ocasión particularmente importante en México. De hecho, en 2008 la Unesco declaró la fecha patrimonio cultural inmaterial de este país que data desde antes de la colonización española. Hay registros de esta celebración en culturas como la totonaca, mexica, purépecha y maya. A diferencia de lo que marca la tradición judeocristiana, estas culturas entendían la muerte como el inicio del viaje hacia el lugar de los muertos y en este día podían volver a tener contacto con sus difuntos. 

 

Así, el 2 de noviembre, los seres queridos que han fallecido pueden retornar transitoriamente a la tierra, como quien va a visitar a la abuelita a tomar tinto un domingo por la tarde.

Esta tradición fue capturada en una película que sacudió a Hollywood y al mundo entero: Coco. Publicada en 2017, el filme de Pixar dirigido por Adrián Molina y Lee Unkrich, que se llevó el premio Oscar a mejor película animada, captura con ternura y color la relación entrañable entre el mundo de los vivos y el de los muertos, un vínculo que no se acaba y que se cultiva con las ofrendas de cada Día de Muertos. Este es un momento esperado para reencontrarse, un abrazo pendiente cada año. 

El 2 de noviembre, cuenta la leyenda, es el momento preciso en el que se abre la frontera entre el mundo físico y el espiritual o, dicho de otra forma, es cuando la frontera entre ambos mundos es más delgada, por lo que se puede atravesar. Por eso es el momento preciso para que los vivos y los muertos se comuniquen. Esta antigua creencia impacta el Día de Muerto, así como la posterior influencia católica que transformó la celebración, que hoy es un ejemplo de sincretismo cultural. Así lo mostró Héctor Mora, en el episodio sobre esta fecha de Pasaporte al mundo.

 

Mora, Héctor (1984). Pasaporte al mundo [Día de los difuntos]. México: Cromavisión. Archivo Señal Memoria, UMT-207821. 

 

¿Cuál es la relación entre el Día de Todos los Santos y el Día de Muertos?

Sobre esto habló el Papa Francisco el 2 de noviembre de 2014, en la misma plaza de San Pedro en la que el día hace cientos de años fue declarado. Acabamos con sus palabras: “El 1 de noviembre celebramos la solemnidad de Todos los Santos; el 2 de noviembre, la Conmemoración de los Fieles Difuntos. Estas dos celebraciones están íntimamente unidas entre sí, como la alegría y las lágrimas encuentran en Jesucristo una síntesis que es fundamento de nuestra fe y de nuestra esperanza.

En efecto, por una parte la Iglesia, peregrina en la historia, se alegra por la intercesión de los santos y los beatos que la sostienen en la misión de anunciar el Evangelio; por otra, ella, como Jesús, comparte el llanto de quien sufre la separación de sus seres queridos, y como Él y gracias a Él, hace resonar su acción de gracias al Padre que nos ha liberado del dominio del pecado y de la muerte”. 

 


Autor: Santiago Cembrano

 

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Fecha de publicación original Lun, 01/11/2021 - 09:00