Bojacá es un municipio que posee dos atractivos turísticos. Uno es la iglesia de Nuestra Señora de la Salud y el segundo es la bendición de los diferentes medios de transporte de los creyentes criatiano-católicos, que viajan con el fin de encontrar alivio a sus dolencias. La Virgen considerada madre y señora de la salud, tiene una historia trascendental que la convierte en protagonista de este pueblo de Cundinamarca y que aún en la actualidad, une a las comunidades en torno a un mismo propósito: mantener la fe y lealtad al dios cristiano.
Bojacá es un municipio de clima frío a 40 kilómetros de la capital de Colombia. Miles de turistas asisten a este lugar de fe, para compartir en comunidad a través de las romerías.
En la plaza central se encuentra el Santuario de Nuestra Señora de la Salud de Bojacá, que gracias a sus misas cada hora, permite a los feligreses encontrar consuelo a las enfermedades o dolores que los aquejan. Alrededor del pueblo se pueden encontrar un sin número de imágenes, cirios y esculturas talladas, que los visitantes pueden bendecir agradeciendo por la salud o extendiendo grandes plegarias por tenerla.
Gracias al agustino Luis Monroy en su texto Los agustinos en el pueblo de Bojacá, conocemos la historia de esta iglesia. Inicia construcción en 1629 cuando Antonio Rodríguez estaba al frente del grupo de trabajadores, pero en 1633 es Hernando de Mayorga quien toma esta importante labor, sin imaginar que las obras durarían más de lo previsto. Francisco Hernández, historiador de la Universidad de los Andes, en su descripción arquitectónica de una fotografía de la fachada principal de la Iglesia de Bojacá, tomada por Luis Villaveces Santamaría en 1940, describe cómo a lo largo del siglo XVIII, se llevaron a cabo numerosas intervenciones en el edificio con el propósito de mejorar su estructura y completar este santuario de estilo colonial neogranadino.
A continuación en un fragmento de Culturama regional, junto a Gladys, una comerciante de veladoras en Cundinamarca. Conoceremos el significado de dicha iglesia para los devotos.
García Benalcázar, Colbert (Director). (2009). Culturama Regional: 2006-2009: Capítulo 5 - Cundinamarca. Bogotá D.C.: Ocho y Medios Comunicación Ltda ; Señal Colombia.. Archivo Señal Memoria. BTCX30-019818.
Con formas de manos, ojos, piernas y cuerpos completos de cera, los creyentes viajan desde todas partes del país a encontrarse con su propia esperanza, pero ¿Cómo llegó la Virgen de la Salud a la Iglesia de Bojacá?
En los micrófonos de Radio Nacional de Colombia, el padre Manuel Calderón nos cuenta que, José Pérez era un hombre de descendencia española que vivía cerca de las piedras de Chivo Negro, un parque arqueológico con más de 50 piedras grabadas por los muiscas. Este hombre devoto por la Virgen de los Dolores, pide a distintos artistas españoles una réplica para colocarla en su casa, pero debido a ser el único con dicha creencia en 1757 decide donarla al padre Francisco Cárdenas, que organizó una procesión desde la casa de Pérez hasta la Iglesia, colocándola en una de las alas laterales.
La fe en la Virgen de la Salud es tanta, que sobre todo los fines de semana el pueblo de la gallina criolla y las almojábanas, se encuentra atiborrado de conductores y familias que buscan bendecir sus medios de transporte. En el programa El Atardecer, Luisa Fernanda Piñeros entrevista al sacerdote Manuel Calderón que nos cuenta acerca de esta tradición.
Por: Laura Alejandra Santos Álvarez
Piñeros, Luisa Fernanda (Locutora). (2016). El Atardecer: Culto a la Virgen de los Dolores. Bogotá D.C.: Radio Nacional de Colombia. Archivo Señal Memoria, RNDC-DGW-218470-01
Gracias a la religiosidad que inunda las calles bojaquenses, Nuestra Señora de la Salud es reconocida por aliviar las penas de miles de almas afligidas por la enfermedad, que aún en la actualidad, une a las comunidades en torno a un mismo propósito y construye la espiritualidad de las tierras cundinamarquesas.