Ficha Técnica
El siglo XIX estuvo marcado por guerras civiles que enfrentaron en el campo de batalla a dos formas de pensamiento adversas: el liberalismo y el conservatismo. Cada guerra vino acompañada de una nueva constitución política y, con ella, un nuevo intento de nación. La última de esas guerras fue la de los Mil Días (1899-1902).
Tras el triunfo conservador, se buscó a través de un voto o de una manifestación de opinión, unir al país nuevamente, tratando de superar esas dos formas tan distintas de entender y querer construir la nación. Y qué mejor forma de crear unión que a partir de un icono religioso, con el fin de consolidar la idea de Colombia como una nación católica.
Fue ahí que se desplazó a la Virgen de Chiquinquirá como emblema religioso por excelencia, aunque no perdió ni ha perdido su corona de reina; y se decidió consagrar al país al Sagrado Corazón de Jesús, una creencia traída por la comunidad francesa de corazonistas. La devoción vino acompañada de la edificación de un templo que se quiso ubicar en una de las zonas más prestigiosas de la capital, con el fin de intentar reproducir una especie de Campos Elíseos entre la Catedral Primada de Colombia y lo que se convertiría en la basílica del Voto Nacional.
La serie documental Los Puros Criollos entrevistó a monseñor Héctor Gutiérrez, quien explicó la intencionalidad arquitectónica de edificar el Voto Nacional en frente de la Catedral Primada. Lejos estaban de saber los promotores de este proyecto urbanístico que tras el Bogotazo, la élite santafereña migraría hacia el norte, dejando a esa zona del centro de la ciudad como uno de los lugares más lúgubres de la capital.
A pesar de esto, en 2010 el Ministerio de Cultura emprendió el proyecto de renovación de la zona y del templo, permitiendo que gradualmente se reactive este espacio ya no solo como un lugar de recogimiento espiritual, sino también como escenario patrimonial de la nación.
Autora: Viviana Arce
