Luego de las exploraciones de Cristóbal Colón que llevaron al descubrimiento de lo que consideraron “Las Indias”, fue necesario establecer los límites entre Portugal y España. Mediante bulas papales primero y el Tratado de Tordesillas después, ambos reinos continuaron sus procesos de descubrimiento y conquista. Uno de ellos, liderado por Vasco Núñez de Balboa, permitió el descubrimiento del océano Pacífico.
El cierre de las rutas caravaneras en el oriente implicó un reto para los europeos. La crisis económica que esto significó para los italianos que habían controlado las rutas asiáticas, cambió el eje del mundo del Mediterráneo al Atlántico y, desde luego, el eje político que se situó en la península ibérica, donde portugueses y españoles disputaron por encontrar nuevas rutas que permitieran recuperar el comercio con Asia.
Ante el escaso y distorsionado conocimiento del mundo, ambos reinos se esmeraron en monopolizar el saber geográfico existente, uno en Lisboa y el otro en Andalucía, principalmente en La Rábida.
Aumentaron su exploración del Atlántico y navegaron por las costas africanas hasta el momento en que el Tratado de Alcáçovas, firmado el 4 de septiembre de 1479 entre los reyes Isabel de Castilla y Fernando de Aragón y el rey Alfonso V de Portugal, delimitó las áreas por explorar en el continente africano, de tal forma que Portugal obtuvo las islas Madeira y las Azores y se extendió hasta Cabo Verde y la costa de Guinea, mientras que Castilla recibió las islas Canarias.
El tratado de Tordesillas
Cuando Colón regresó de su primer viaje, los reyes de Castilla se apresuraron en buscar que el Papa Alejandro VI delimitara los espacios por descubrir en las zonas del oeste del Atlántico.
Para el efecto, el papa promulgó tres bulas que muestran que las discusiones para hacerlas fueron acaloradas. Las dos primeras, expedidas el 3 y 4 de septiembre de 1493 y nombradas Inter caetera, establecieron la línea que separaba las tierras por descubrir entre los dos reinos, mediante un meridiano que pasaba a 100 leguas al oeste de las islas Azores y Cabo Verde, a lo que no se avino Portugal por estar las primeras más allá de esta última isla.
Nuevas negociaciones produjeron el 26 de septiembre la Dudum siquidem, con una solución salomónica: se entregaban a Castilla las tierras que no hubiesen sido descubiertas por ningún reino cristiano, sea en la India o fuera de ella, lo que puso a Portugal en pie de guerra, en momentos en que Colón había iniciado su segundo viaje en septiembre de ese año.
El diferendo se saldó en Tordesillas, entre marzo y junio de 1494, cuando los peritos de ambos reinos lograron establecer un meridiano que pasaba a 370 leguas al oeste de Cabo Verde, reconociendo para Castilla las tierras ya descubiertas que estuvieran antes de esta línea.
El Tratado de Tordesillas se firmó el 7 de junio de 1494 y es reconocido como el primer tratado internacional de la historia moderna europea. Con él, el oriente de América del Sur, el actual Brasil, quedó adscrito legalmente a Portugal, aunque su exploración sólo se dio en los inicios del Siglo XVI con Pedro Álvarez Cabral.
La importancia del tratado consiste en que legalizó la exploración y la conquista de las tierras descubiertas por Colón para la Corona española, la cual pudo avanzar en nuevos descubrimientos geográficos que terminarían por ampliar la visión del mundo conocido. Quizás el más importante de ellos fue el descubrimiento de la Mar del Sur.
Vasco Núñez de Balboa y el descubrimiento del Pacífico
De este mar tuvo conocimiento Francisco Bezerra, conquistador de Veragua, pero se le atribuye con toda razón a Vasco Núñez de Balboa, quien se había mostrado díscolo con las autoridades establecidas en Santo Domingo, donde se hizo elegir como caudillo. Como tal se dirigió a Acla, al norte del Darién, donde por el sometimiento de comunidades indígenas obtuvo la información que lo llevaría a descubrir el océano Pacífico. La información la obtuvo de Panquiaco, el hijo de uno de los caciques.
Previo al descubrimiento, Balboa exploró el golfo de Urabá y penetró por el Atrato, hasta llegar a las tierras del cacique Dabaibe. De regreso exploró el río Darién y el río Sucio. En este proceso fundó la población de Santa María la Antigua del Darién en 1510, pese a las protestas de Diego de Nicuesa a quien mandó preso a Santo Domingo y que murió ahogado en este viaje.
Balboa se encargó del gobierno en la región de Urabá en competencia con otros españoles, en especial con Juan de Badillo, por lo que aceleró su marcha de exploración hacia la Mar del Sur donde, al ascender las sierras del Darién, pudo contemplar el océano el 21 de septiembre de 1513, al que llegó el 25 del mismo mes, fecha en la que tomó posesión en nombre del rey de España. La expedición duró cuatro meses, obteniendo una considerable fortuna para la época, de la que pagó los quintos reales que fueron enviados con emisarios a España con el fin de buscar que le fuera confirmada la gobernación de las tierras descubiertas y conquistadas por él.
Urrabieta, Vicente. (1854).Toma de posesión del Mar del Sur. [Litografía de J. J. Martinez]. Madrid: Biblioteca Nacional de España, INVENT/28627
La noticia del descubrimiento fue recibida con regocijo en la península por considerar que, por fin, se había encontrado el anhelado camino al lejano Oriente; al fin España controlaría el comercio del mundo. Pero este reconocimiento no llenó las expectativas de Balboa. Sólo llevó a que le fueran perdonadas algunas penas por delitos cometidos en Santo Domingo, que incluyeron el perdón ante la pena de muerte a la que había sido sentenciado por el motín en que se había visto inmerso y por la muerte de Nicuesa. Por el contrario, se nombró a Pedrarias Dávila como gobernador, quien lo apresó, le hizo juicio de residencia y, luego de que fuera nuevamente acusado en España por participar en otro supuesto motín, lo hizo ejecutar el 22 de septiembre de 1519.
El descubrimiento del océano Pacífico permitió el descubrimiento de la costa Pacífica de Colombia y la conquista de Perú, pero también permitió que Fernando de Magallanes iniciara el viaje que dio la primera vuelta al mundo.
Autor: Alonso Valencia