Ese seudónimo está estrechamente ligado a una de las reglas de oro de su oficio: Simón es discómano o Dj, como se le dice a esta profesión en otros lugares del mundo. Los clientes de la Nelly Teka bailan la salsa con arte, pero también saben quedarse sentados escuchando la música y bebiendo una cerveza o una copa de aguardiente.
Simón García mide el temperamento de la noche desde una ventana discreta localizada en una esquina de su cabina de música, tapizada hasta el techo de discos de acetato o pasta, aunque en las estanterías no faltan los CD. Antes de comenzar a grabar esta entrevista, dice que uno de los deberes del discómano es cuidar la pista. Cuidar la pista: esta expresión es sintética y está cargada de contenido, como los refranes. De ella se deduce la importancia de seguir con atención la evolución del ánimo de los clientes. Así, el discómano sabrá si debe poner temas para bailar o preparar una tanda musical más sosegada.
Simón García es discómano desde hace muchos años. Su trayectoria profesional lo ha llevado a diversos establecimientos de rumba de Cali, en los que ha programado géneros como el jazz y las rancheras, además de la salsa, de la que habla con entusiasmo y conocimiento. Esta experiencia le ha enseñando las claves de su oficio, las cuales compartió con la Fonoteca de la Radio Nacional de Colombia en la siguiente entrevista, mientras ponía una salsa magnética grabada en discos de pasta, observaba desde su ventana el movimiento de la pista y atendía a los clientes que se acercaban a pedirle una canción.
Simón García. Una característica indispensable para ser un buen discómano.
Simón García. Las discotecas personales de la vieja rumba caleña
Simón García. Para encontrar la salsa, hay que conocer la pasta