El 8 de septiembre es el Día Internacional de la Alfabetización. En Colombia, según el censo de 2018, el 5.1% de los colombianos mayores de 15 años no sabe leer ni escribir; en todo el mundo, 773 millones de personas. En 1985, al final del gobierno de Belisario Betancur cuando un cuarto de la sociedad colombiana era analfabeta, se lanzó la Campaña Nacional de Instrucción (Camina), una iniciativa ambiciosa y masiva para acabar con el analfabetismo en el país. La televisión y la cultura popular y las celebridades colombianas fueron fundamentales para impulsar Camina.
Rojas, Diego [Dirección] (1985). Extraído de: El Plan Nacional de Alfabetización [Programa 2]. Bogotá: Campaña de Instrucción Nacional - Camina. Archivo Señal Memoria, UMT-205724.
Si usted está leyendo estas palabras es porque sabe leer y, seguramente, escribir. Y quizás no le parezca un hecho notable: probablemente la mayoría de gente que conoce sabe leer y escribir. Según el censo de 2018, solo el 5.1% de los colombianos mayores de 15 años no lo hace.
Pero no siempre fue así. A mediados de los 80, hace casi cuarenta años, un cuarto de la sociedad colombiana, cerca de 5 millones de ciudadanos, no sabía leer ni escribir. Y no era por falta de esfuerzo. Durante los gobiernos de Lleras Camargo (72 horas de alfabetización para bachilleres), Lleras Restrepo (Campaña Libertadora), Pastrana (Año de la alfabetización) y Turbay (campaña Simón Bolívar) hubo iniciativas significativas en este aspecto. Pero, por distintas razones, no habían bastado.
Hoy, 8 de septiembre, es el Día Internacional de la Alfabetización. Así lo declaró la Unesco en 1967...
Una ocasión para “recordar al público la importancia de la alfabetización como factor de dignidad y de derechos humanos, así como para lograr avances en la agenda de alfabetización con miras a una sociedad más instruida”.
No ha perdido urgencia este día en todo el mundo, a pesar de los importantes avances: aun hay 773 millones de personas, según la Unesco, sin las competencias básicas de lectoescritura. El de este año tiene como tema “Alfabetización para una recuperación centrada en las personas: reducir la brecha digital”. Esta alfabetización se entiende hoy como “un medio de identificación, comprensión, interpretación, creación y comunicación en un mundo cada vez más digitalizado, basado en textos, rico en información y en rápida mutación”
Para esta organización, la pandemia del covid-19 ha mostrado que la alfabetización permite que las personas se emancipen y mejoren sus vidas, y que es un factor de desarrollo sostenible. Esto además de ser, claro está, parte integral del derecho a la educación, y de ampliar las posibilidades en el mercado laboral y reducir la pobreza.
Volvamos, entonces, a mediados de los 80 en Colombia. Más específicamente a enero de 1985, con un año y medio de gobierno restante para el presidente conservador Belisario Betancur, cuando se lanzó la Campaña Nacional de Instrucción: Camina. Esta campaña era ambiciosa, apuntaba a un esfuerzo colectivo desde distintos frentes para erradicar el analfabetismo en el país. Y a pesar de las dudas, había optimismo de poder crear una oferta para que el quisiera aprender, así como el que quisiera enseñar, tuviera las herramientas para hacerlo.
Rojas, Diego [Dirección] (1985). Extraído de: El Plan Nacional de Alfabetización [Programa 2]. Bogotá: Campaña de Instrucción Nacional - Camina. Archivo Señal Memoria, UMT-205724.
Camina empezó con un millón de cartillas, que componían dos títulos: Leo y escribo y Hago cuentas. Estas cartillas tenían un enfoque práctico, enseñaban las competencias de lectoescritura a partir de ejemplos cotidianos y de la vida misma, que hacían evidentes todos los campos en los que se podían aplicar estos nuevos conocimientos. De cien páginas en promedio, con un tamaño de 27.5 x 20.5 cm y fabricadas con papel periódico e ilustradas a todo color, eran una ventana a, como señala la Unesco, las formas en las que saber leer y escribir podía mejorar sus vidas.
[...] la televisión fue un vehículo crucial para la educación y los adultos en Colombia. En conjunto con Inravisión y su Fondo de Capacitación Popular se planearon y ejecutaron programas de televisión y cartillas complementarias.
Y la campaña también tenía en cuenta la realidad cambiante de Colombia, como la migración masiva del campo a la ciudad; era necesario hacerse la pregunta de cómo afectaba esa dinámica el proceso de aprendizaje. Buena parte de la campaña de instrucción tuvo lugar cara a cara, en todo el territorio colombiano, pero no se agotó ahí. En este campo, la televisión fue un vehículo crucial para la educación para los adultos en Colombia. En conjunto con Inravisión y su Fondo de Capacitación Popular se planearon y ejecutaron programas de televisión y cartillas complementarias. La meta era repensar el aprendizaje y diseñarlo funcionalmente para que los alumnos no necesitaran de maestros.
Este programa, emitido en 1985, se dirigía a los alfabetizadores. Muestra cuál era la lógica de Camina, y cómo buscaba acercarse de forma distinta tanto a los que enseñaban como a los que aprendían, y cómo ambos roles se mezclaban:
Rojas, Diego [Dirección] (1985). El Plan Nacional de Alfabetización [Programa 2]. Bogotá: Campaña de Instrucción Nacional - Camina. Archivo Señal Memoria, UMT-205724.
La cultura popular fue un vehículo fundamental para el impulso de la campaña de Camina. Celebridades nacionales aportaron al mensaje de que era el momento de aprender a leer y escribir. Por ejemplo, en 1985, Diomedes Díaz presentó su nuevo tema, “Camina” —que luego haría parte del álbum Vallenato— en el que a ritmo de paseo vallenato cantó así:
Camina, hermano mío, para que aprendas
A leer y escribir, por si no sabes
Camina para que veas que más tarde
Serás una persona diferente
Camina para que veas que más tarde
Serán una persona diferente
Porque eso es muy bonito si tú sabes
Leer y escribir correctamente.
En “Camina”, Díaz también cantó sobre la paz y cómo la unión hace la fuerza. En los 80, la campaña de alfabetización no era solo eso, sino que hacía parte de un impulso de transformación de Colombia, un proceso de cambio que también pasaba por acabar la guerra. “Entonces Colombia enseña a Colombia / Para que en nuestra patria a mucha honra / No haya un colombiano analfabeta”, rimó el juglar de San Juan del Cesar. Era claro que la alfabetización era también un factor de paz.
Autor: Santiago Cembrano