El Carnaval de Negros y Blancos es un gran acontecimiento festivo que tiene lugar todos los años, desde el 28 de diciembre hasta el 7 de enero, en San Juan de Pasto, capital del departamento de Nariño. Recordado por la majestuosidad de sus carrozas y la magia del juego de la pintica y el talco, el Carnaval de Negros y Blancos es de las pocas fiestas colombianas que tienen un origen surgido de las tradiciones nativas andinas, africanas e hispánicas. De ahí que haya sido declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO en 2009.
Podríamos rastrear los inicios del Carnaval en las mismas comunidades prehispánicas asentadas en el actual suroccidente colombiano, pues los pueblos nativos pastos y quillacingas contaban con fiestas que incluían comparsas y danzas rituales con máscaras. No obstante, el proceso de evangelización que vivieron los indígenas ante la llegada de los colonos europeos durante el siglo XVI produjo que estas celebraciones fueran primero censuradas y luego cambiaran de connotación.
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Es por esto por lo que la fecha oficial del origen del Carnaval se remonta a finales del siglo XIX, con el Juego de Negritos, cuyo foco cultural se situó en la ciudad de Popayán y se extiendió a Pasto entre las décadas de 1880 y 1890. En 1912 surgió el juego de Blancos, que se empezó a desarrollar el 6 de enero. A partir del festival estudiantil de 1926, se organizó el juego de Carnavales para jugar entre el 5 y 7 de enero. Fue así como en 1927 jóvenes pastusos se tomaron las calles de la ciudad para coronar a una reina y bailar al son de mascaradas y comparsas. Así lo presentó el documental realizado por Juan Fernando Restrepo, en 2004, que con imágenes fílmicas de los Carnavales Estudiantiles de Bogotá de 1928, dan a conocer los orígenes del festejo sureño:
Restrepo, Juan Fernando (realizador). Carnaval de Negros y Blancos: Patrimonio Cultural [Documental]. Colombia: Señal Colombia, 2004.
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La tradición paulatinamente fue cambiando, incorporando los días de precarnaval, que van del 28 al 31 de diciembre, en los que aprovechando la celebración del Día de los Inocentes y el fin de año, los pastusos se reúnen para a través de la sátira exponer acontecimientos políticos, sociales y económicos, construyendo muñecos en papel encolado, conocidos como “años viejos”. Por el contrario, el 2 de enero es el momento del regocijo religioso, al conmemorar la fecha de la Virgen de la Merced, popularmente conocida en Nariño como “Michita Linda”.
El 4 de enero la fiesta se convierte nuevamente en una celebración laica, al disfrutarse de la llegada de la Familia Castañeda. Este preludio carnavalesco hace alusión a la leyenda, según la cual en 1928 un grupo de pastusos invitó a una familia de foráneos a disfrutar del Carnaval. Este festejo se lleva a cabo con desfiles de comparsas, en los cuales participan personas disfrazadas con trajes típicos de la década del veinte del siglo pasado.
No obstante, la verdadera celebración se lleva a cabo el 5 de enero, Día de los Negros, cuando todos los habitantes de Pasto salen en busca de “una pintica, por favor”. Tal como lo presentó la serie documental “Yuruparí”, dirigida por Gloria Triana, y con alocución de la reconocida actriz colombiana Vicky Hernández; se cree que este agasajo responde a la declaratoria de día de descanso de las personas esclavizadas durante el periodo colonial, otorgado por el rey.
Por ello, durante el Carnaval, este día es sinónimo de lúdica y gozo a través del juego de pintarse la cara de negro. Sin distinciones de etnia, credo o condición social, los participantes del Carnaval de manera respetuosa les piden a los demás espectadores que se dejen pintar la cara y disfruten al son de ritmos musicales del Pacífico colombiano.
Triana, Gloria (directora). Yuruparí: negritos y blanquitos en carnaval [serie documental]. Colombia: Audiovisuales - FOCINE, 1984.
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La celebración del 6 de enero se incluye a partir de 1912, cuando un grupo de sastres, luego de concluido el Día de los Negros, salieron de sus viviendas con polvos perfumados para esparcirlos por las calles a todos los transeúntes que regresaban de misa, al tiempo que les gritaban “Qué viva Pasto, qué vivan los blanquitos”. Poco a poco esta celebración conocida actualmente como el Día de los Blancos se fue incorporando al Carnaval. Hoy en día se usan todo tipo de productos de color blanco, como fécula de maíz o harina, para convertir a Pasto y a sus fiestas en una verdadera nube blanca.
Restrepo, Juan Fernando (realizador). Carnaval de Negros y Blancos: Patrimonio Cultural [Documental]. Colombia: Señal Colombia, 2004.
A partir de los años treinta, este día empezó a contar con la participación de los artesanos, quienes comenzaron a construir obras modeladas en barro y decoradas con papel encolado, desarrollando carros alegóricos que dieron origen a las famosas e imponentes carrozas, propias del Carnaval de Negros y Blancos. La serie documental “Festivaliando”, de Señal Colombia, acompañó a un artesano pastuso en la elaboración de su carruaje, evidenciando la tenacidad y destrezas que se deben de tener a la hora de crear este arte efímero.
Morales Castro, Edna Katalina (directora, realizadora). Festivaliando [serie documental]. Colombia: Señal Colombia, 2009.
El Carnaval no podría terminar sin un buen plato gastronómico. Es por esto por lo que el 7 de enero concluyen las fiestas, luego de diez días de agasajos, con el Festival del Cuy, que permite a locales y turistas disfrutar de la comida más tradicional del sur del país. Así lo dejaba ver la gerente de Corpocarnaval Gisela Checa, a los locutores del programa radial “El Atardecer” de Radio Nacional, al indicar que este Festival adjunto al Carnaval logra no solo dinamizar la economía de la región, sino que también da a conocer más a fondo la cultura nariñense.
Jurado, Janeth (locutora). El Atardecer: [Carnaval de Negros y Blancos de Pasto: entrevista a Gisela Checa] [Periodismo informativo]. Colombia: Radio Nacional de Colombia, 24 de agosto de 2016.
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Como se puede apreciar en la entrevista a Gisela Checa, el Carnaval de Negros y Blancos es una expresión de la diversidad cultural de Pasto, manifiesta en distintas modalidades como comparsas, murgas de carnaval, disfraces individuales o colectivos, coreógrafos y, por supuesto, las majestuosas carrozas.
Todos estos elementos juntos hacen de esta fiesta un verdadero Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, que junto con el barniz de Pasto, la música de marimba del Pacífico y el Qhapaq Ñan hacen de Nariño un departamento lleno de expresiones culturales. En esta ocasión, que por primera vez se vivirá un Carnaval de manera virtual, no queda más que decir ¡Qué viva Pasto, carajo!
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Autora: Viviana Arce