El cine en Cartagena regresa al aire libre | Señal Memoria

El cine en Cartagena regresa al aire libre
Publicado el Dom, 15/08/2021 - 12:00
El cine en Cartagena regresa al aire libre

A finales de los 50, un grupo de empresarios y personas del sector cultural cartagenero liderado por Víctor Nieto se comunicó con la la Federación Internacional de Productores de Films (FIAPF). Querían que Cartagena tuviera un festival internacional de cine. La atmósfera inigualable de la ciudad, más su historia cinematográfica, eran argumentos de peso. Así, en 1960 se inauguró el Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci), el festival de cine más antiguo de América Latina. Este año, el Ficci vuelve en forma de Ficci Interruptus: adaptándose a las restricciones por el Covid-19, las proyecciones de las películas se harán a lo largo del año, al aire libre, en las noches de luna llena.

Las playas de la Boquilla y Bocagrande y el clima caribeño ideal; la arquitectura entre colonial y neoclásica y la historia del puerto reflejada en sus murallas; la alegría musical que inundaba a sus habitantes y al que pisaba el territorio. Los atractivos naturales, históricos y sociales de Cartagena eran indiscutibles. A mediados del siglo XX, la capital de Bolívar era el punto central del turismo en Colombia, por esas ventajas que tenía sobre el resto de las ciudades del país. 

Hacia 1950 Cartagena había cogido impulso como eje central del desarrollo económico de Colombia, así como de la cultura y del tema que nos compete hoy: el cine. Desde finales del siglo XIX, cuando se disputó con Bucaramanga la sede de la primera proyección cinematográfica del país, la ciudad tenía una rica relación con la pantalla grande. Como lo reporta Ricardo Chica en El Universal, para los 50 Cartagena tenía casi 200.000 habitantes y 29 cines; solo uno con techo y aire acondicionado, el Teatro Cartagena, los demás eran a cielo abierto y las funciones iniciaban al atardecer. 

Por eso, en 1959, Víctor Nieto lideró a un grupo de empresarios y personas metidas en el mundo cultural cartagenero y, a través de la Embajada de Colombia en París, contactó a la Federación Internacional de Productores de Films (FIAPF). La solicitud era clara y ambiciosa: era hora de que Cartagena tuviera un festival internacional de cine. La atmósfera inigualable de la ciudad, más su historia cinematográfica, esperaban Nieto y sus socios, eran argumentos de peso. 

 

En 1960, en el Teatro Cartagena, se inauguró el Festival Internacional de Cine de Cartagena (Ficci), que hoy es el festival de cine más antiguo de América Latina.

 

Según Manuel Lozano, autor de Historia del Festival de Cine de Cartagena, el cine colombiano y el latinoamericano comparten algunas dificultades, como la ausencia de promoción y divulgación de directores y cintas, la consolidación de públicos y la ausencia de un mercado nacional que potencie el cine local. Por eso, afirma, el Ficci es “un escenario especial no sólo para enfrentar, en forma crecientemente exitosa, tales problemas comunes a la cinematografía del área, sino para procurar en especial el desarrollo industrial del cine colombiano”. 

Por eso, continúa Lozano, el Ficci busca mostrar y promocionar el cine nacional e internacional, estimular y lograr acuerdos de producción, poder ser un lugar de encuentro y diálogo entre las distintas orillas del cine colombiano y mundial (productores, realizadores, actores, actrices, guionistas, críticos, cineclubistas, medios de información, etc.), consolidar una discusión constante sobre los nuevos proyectos cinematográficos y, sobre todo, la formación de públicos. 

 

En la primera década del Ficci, los cineclubistas pudieron ampliar su universo cinematográfico, conocimiento y capacidad analítica gracias al festival.

 

Por otro lado, reporta Chica, el festival fue criticado por su organización y por la recurrente presencia de artistas mexicanos. Todo esto en un contexto de agitación política mundial, que se plasmó en el arte proyectado en cada edición del Ficci.

El impacto múltiple del festival en el ecosistema cinematográfico de la ciudad y el país fue rápidamente notable en su primera década de existencia. Para Chica, por ejemplo, hubo avances en análisis y crítica de la mano de las plumas de Alberto Sierra Vásquez y Libardo Muñoz. Y aunque es difícil establecer la relación de causalidad, en los 60 se filmó en Colombia la película Quemada (1969), protagonizada por Marlon Brando, un hito fundamental de la historia cinematográfica del país. 

Este documento visual de la edición del Ficci de 1971 muestra cómo era el ambiente en ese festival, que no dejaba de tener una parte importante de farándula con las grandes estrellas que recorrían su alfombra:

 

 

A lo largo de su historia, el Ficci, organizado por la Corporación Festival Cine de Cartagena, se ha consolidado como un espacio de diversidad que celebra las culturas de América Latina y el Caribe. Si bien no hay un solo tipo de película que se proyecte en el festival, sí hay una línea que se inclina hacia las reflexiones sobre la identidad, qué es ser latinoamericano y la memoria histórica. Cada año se exhiben cerca de 150 películas, incluso algunas en estreno mundial. Y no faltan las celebridades: Tilda Swinton, Gaspar Noé, Darren Aronofsky y Gael García Bernal son algunos de los nombres que han alumbrado la historia reciente del festival. 

En el 2020, la pandemia del Covid-19 interrumpió al Ficci. Y en 2021 el festival volvió con nuevas fuerzas y una nueva forma: el Ficci Interruptus. “Es un Festival donde reaccionamos a una circunstancia única y adversa para la cultura, una edición que no está creada en condiciones de libertad pero de gran resistencia y que supone negarnos a desaparecer y apagarnos. Es más fácil irse a la virtualidad pero creemos en la necesidad de lo colectivo y reivindicamos ese espacio colectivo para reunirnos en torno a las películas, que es donde el ser humano está en su esencia", argumentó Felipe Aljure, director artístico del festival. 

Así, desde marzo de este año el Ficci ha ido avanzando con proyecciones al aire libre en cada noche de luna llena. Como un círculo que se completa, el cine en Cartagena vuelve a su forma original, a esas funciones que empezaban al atardecer, con el cielo como techo, antes de que Víctor Nieto empezara la gestión para tener un festival. 

Recordemos a Nieto con estas imágenes, rescatadas del archivo de Señal Memoria.

 

(1988). 38° Festival Internacional de Cine y Televisión de Cartagena. Cartagena-Bolívar. Bogotá, Archivo Señal Memoria. UMT-210785.


Autor: Santiago Cembrano

 

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Fecha de publicación original Dom, 15/08/2021 - 12:00