Ficha Técnica
Los años pasan y los colombianos conocen a Leandro Díaz aún antes de saber que lo conocen. Cuando escuchan los vallenatos “Matilde Lina” o “La diosa coronada”, quizás las versiones de Carlos Vives, se están acercando a su obra, a canciones que él creó con generosidad, para que fueran del mundo y otros también pudieran cantarlas. Fue un compositor y juglar que frente a la adversidad se erigió como una leyenda de la música colombiana.
Nació en Hatonuevo, La Guajira, el 20 de febrero de 1928. Murió en Valledupar, Cesar, el 22 de junio de 2013, un día como hoy. Decía que la ceguera con la que nació se debía a que Dios se había demorado poniéndole ojos en el alma. Y con esos ojos pudo sentir y percibir, y pensar metáforas llenas de imágenes y visualidad, como si su vida mismo fuera una canción compuesta por él.
Empezó a cantar desde los cinco años y su primera composición llegó a los 17: “La loba de ceniza”, aunque fue hasta el 55 que una composición suya llegó a un disco, con “A mí no me consuela nadie”, intepretada por el “Pollo Vallenato” Luis Enrique Martínez. Sus canciones podrían superar las trescientas: “Soy”, “La gordita”, “Los tocaimeros”, “El verano”, “El negativo”, “Quiéreme”, “Carmencita” y “La parrandita” son algunas de ellas. Por sus raíces corría la sabia de leyendas del vallenato, que lo acogieron y contribuyeron a su formación: Emiliano Zuleta, Lorenzo Morales y Chico Bolaño, por ejemplo.
La carrera de Díaz se podría resumir de diferentes formas. Se podría decir que fue nombrado rey vitalicio del Festival de la Leyenda Vallenata, o que sus versos sirvieron como epígrafe a “El amor en los tiempos del cólera”, la novela de Gabriel García Márquez. Se podría hablar de su infancia tan dura, o de su éxito tan innegable. Pero todas las descripciones palidecerían frente a la que hace él mismo de su obra y de su figura en el episodio de la serie documental Yuruparí que abordó su vida: “Para mí la música llega por inspiración. Soy el único compositor mágico que tiene el país. Yo no escribo ni leo, todo es a base mental”, dijo.
A través de este episodio de Yuruparí, publicado en 1983, nos acercamos a la vida y obra de Leandro Díaz:
Autor: Santiago Cembrano
